29 octubre, 2006

Fuckin' Farewell

Esto empieza a ser preocupante... el número de personas en el café de las 9 (y el de las 11, y el de las 14, y el opcional de las 17...) va menguando. Hace no mucho se fue nuestro barman personal, el Sr. Morgan, y ya se le echa de menos (tanto como a Rakel y Ali, nuestras más apuestas compañeras). Ahora se va (y espero que momentaneamente...) toda una institución. Siempre que necesitas utilizar alguna aplicación, tecnología, etc, que nadie conoce, ¡allí esta él! y por supuesto, está en los cafés (menos el de las 9, que es madrugar demasiado xD) y en su blog, que ya es una referencia en la materia. Se crió en un lugar lleno de Cosladeros, y eso no es fácil...
Coño, Holbeist, te vamos a echar de menos, así que ya te puedes ir apresurando en volver. Encima, cuando abandonemos el edificio, perderemos también a nuestro héroe, el Señor de las Excavadoras. Esto no puede seguir así...

Water can flow, or it can crash

A veces lo que lo que más me gusta de la televisión, es la publicidad. La parrilla está llena de auténtica basura, y es en el momento en el que se debería hacer zapping cuando surgen las mayores obras de arte en la pequeña pantalla.
Uno de mis anuncios favoritos fue aquel de Nike en el que Cantona remataba con un Au Revoir un pase de ¿Ronaldo?. Me acuerdo que mi hermano y yo lo grabamos en VHS... Pero últimamente han salido varios anuncios que pueden superarlo. El mejor, el del BMW X3 (bonito coche), "anunciado" por el señor Bruce Lee. Hay gente que se queja de que la leyenda sirva para vender un coche, puede que lleven razón, la verdad. Pero el anuncio me encanta!
Y me ha hecho recordar el juego al que más cariño tengo, el Bruce Lee en mi CPC de pantalla monocroma. Ese, el Livingstone Supongo, el Emilio Butragueño, el Shinobi y el Dustin, entre otros, marcaron mi infancia, y no hay cosa que más me guste recordar. Creo que dejé mi aficción a los videojuegos cuando pasaron a color, :-) y eso que soy joven!
"Be water, my friend"

28 octubre, 2006

Wish I Had An Angel

Desde haces unos años tengo una especial veneración por los grupos de rock y metal (ya sea gótico, clásico o incluso death...) con voz femenina. Cristina Scabbia, Sharon Den Adel o Amy Lee (Lacuna Coil, Within Temptation y Evanescense, respectivamente) han llenado desde hace un par de años el vacío decibélico de mi habitación. Lo tienen todo, presencia, feeling y una buena voz. Pero no se puede comparar con la que ha sido, para mí, la verdadera diva del heavy metal (hasta que se dedicó a cantar villancicos..).
Hace unos años llegó a mis manos, casi por confusión, un CD que, por toda carátula, tenía un Oceanborn escrito a boli. Lo puse en la minicadena de mi habitación y al instante me di cuenta de que me había enamorado de una voz. Stargazers daba comienzo a una obra de arte, que ya había sido superada por el mejor disco de Ópera Metal (o como se quiera llamar) de la historia: Wishmaster. Tardé un tiempo en saber a quien correspondía aquella voz operística, cuando vi una pequeña foto de la gira del Wishmaster en la Kerrang!. Poco después, en el primer DVD de la banda, From Wishes To Eternity, ví en acción a aquella chica (o mujer) finesa, misteriosa, elegante y enérgica al mismo tiempo. Después tuve la oportunidad de verlos tres veces, en el primer Metal Mania, en la Cubierta de Leganés y en el Festimad 2005. Y las tres actuaciones, impecables.
Luego llegó lo que todos sabemos, su polémica expulsión de la banda justo después de grabar otro DVD en directo antológico: The End Of An Era. Y es justo lo que su nombre indica: el final de toda una era. La era de Tarja Tururen.
No creo que la vuelva a ver en otro escenario, pero ya tiene ocupado un puesto vitalicio en la pared de mi habitación.
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I wish I had an angel for one moment of love, I wish I had your angel tonight - Nightwish

21 octubre, 2006

El Laberinto del Bolchevique y la Flaqueza del Fauno

El orden de los factores no altera el producto, o eso nos decían en la escuela. Después de acabarme el tercer libro del sargento Bevilaqcua y la cabo Chamorro, La Niebla y la Doncella (que es para mí el mejor de la saga, a falta de leerme el cuarto, y eso ya es decir mucho, teniendo en cuenta lo que me gustaron los anteriores) andaba buscando otro libro para pasar mis pocos ratos de ocio (o de Cercanías). Y así, escondido en una estantería de la habitación del primogénito de la familia encontré una pequeña novela del mismo autor (Lorenzo Silva). De aquella novela yo sólo conocía el nombre, y más que nada por la película basada en ella, que si no recuerdo mal ganó algún Goya. Las 180 páginas de La Flaqueza del Bolchevique pasaron rápido por mis ojos (teniendo en cuenta que, aunque me gusta mucho leer, no soy de los que se leen los libros en una o dos tardes). No os voy a contar de que va, porque eso ya lo podéis descubrir vosotros. La mezcla de comedia irónica y cruda realidad se mezclan en un libro que no puede dejar indiferente al lector. (Y con esto se demuestra que no valgo para crítico literario...)
Quizás no hubiese mencionado este libro aquí si no fuese por el film (que queda mucho más cool que "película") que ví el jueves noche, cuando ya estaba terminando la citada novela. Por supuesto que ambas creaciones no tienen absolutamente nada que ver entre sí, pero supongo que todo esta relacionado, y ambas se juntaron en la misma tarde de mi vida. La proyección de El Laberinto del Fauno me sorprendió en una sala vacía. La película no es de las que gustan a todos. Para gustos, los colores, ya se sabe. Ambientada en la España de post Guerra Civil (1944), la película es una mezcla de fantasía y realidad realmente sobrecogedora. Dura por momentos y tierna en otros. Con una buena banda sonora (en mi modesta opinión) y con una protagonista (la niña Ofelia) que engancha al espectador a la primera. Supongo que debido a todos estos alicientes, a la mañana siguiente seguía teniendo vivos recuerdos de las imágenes en mi cabeza... Tengo que reconocer que hubo dos momentos en los que no pude mirar a la pantalla (aviso para mentes muy sensibles...), pero el esfuerzo merece la pena. La película no es perfecta, de todos modos, pero tampoco estoy aquí para sacar fallos. Críticas más amplias se han escrito por ahí...
En cualquier caso, tanto el libro como la película, altamente recomendables para cualquiera...

12 octubre, 2006

McCartney es el Rey

Después de mucho pensar y de diversas investigaciones, he llegado a una conclusión: Paul McCartney es en realidad El Rey. ¿Que qué rey? Pues el único, el inimitable y a la vez el más imitado: Mr. Elvis Presley.
Mi hipotésis se basa principalmente en dos tesis más que contrastadas: Paul McCartney está muerto y Elvis está vivo.
Tesis 1: Paul esta muerto. Sólo hay que ver la portada del Abbey Road. Hay que fijarse, entre otras cosas, en la matrícula del coche (28IF), en el cigarro en la mano derecha del supuesto Paul y en otras pistas incuestionables. Para descubrir todas ellas, aquí. Después de leerlo sabréis que Paul murió en 1966 en un accidente de tráfico, y fue supuestamente sustituido por un doble, llamado William Campbell.
Tesis 2: Elvis está vivo. Hay mucha gente que afirma haber visto al Rey en diversos sitios del mundo. Googleando podéis encontrar diversas historias al respecto. También lo dice Calamaro en "Elvis está vivo" y se pueden ver referencias en el film "El otro lado de la cama". Pero la clave para demostrar esta tesis 2 es la siguiente: Elvis es el Rey, el único, y por tanto no puede estar muerto.
Como todos sabemos, Elvis supuestamente murió en 1975 y la la muerte de McCartney data de 1966. ¿Qué pasó en esos años? Bueno, por un lado, en los "últimos años" de su vida, Elvis no apareció mucho por los escenarios, y apenas salía de su mansión. Podría estar preparando su transformación en el Beetle, si es que no actuaba ya como el bajista. Quizás el sustituto William Campbell realmente existió y no fue hasta 9 años después cuando pasó a ser Elvis quien ocupase su lugar. ¿Por qué lo hizo? Esta claro que El Rey no quería seguir siendo Pelvis. Por eso simuló su muerte. Pero quizás no quería continuar siendo una persona del montón, un ciudadano cualquiera. Lo mejor, abandonar los States y dirigirse a UK, suplantando a otra gran estrella de la música. Así, continuaba siendo un rock&roll star, pero conseguía su deseado cambio de vida.
Por supuesto, esto es sólo una hipotésis, pero ¿por qué no?. ¿Alguien me ayuda en mi investigación?.
En el próximo capítulo, descubriremos que Michael Jackson es un extraterrestre, como ya apuntaba Will Smith en MIB.

Por intentarlo, que no quede

Una de las mejores historias para escuchar, contada por uno de los mejores bloggeros para leer... Lo mejor, que es real. Para leerla, aquí.

07 octubre, 2006

Evolución

Hay algo en la música que generalmente suele estar mal visto, y que a mi me parece una de las cosas más importantes en este negocio. La evolución. Toda la crítica especializada abucheó el Load de Metallica, cuando es un disco enorme (y con uno de los mejores sonidos que he visto nunca). Todo el mundo se quejó de que Avalanch abandonaran el power metal, para volverse más "comerciales". Algo parecido pasó con Train Of Thought de los genios Deam Theater, por tratarse de un disco demasiado duro. Y sin embargo a todo el mundo le parece normal que grupos como AC/DC lleven toda la vida tocando los tres mismos acordes (sin desmerecer a la gran banda australiana). Por eso, esta tarde viendo SOL música me llevado una grata sorpresa: el nuevo disco de Dover. Estareis diciendo ¿este tío se ha vuelto loco?. Bueno, el sonido garajero y grunge de los Dover siempre me había parecido molón. Tocaban mal, y cantaban mal. Y molaba. No ha sido precisamente mi grupo predilecto. Pero merecían mi admiración por llegar tan alto con tan poco. Con este nuevo disco se han lanzado a la electrónica. Y han ganado puntos en mi ranking personal. No por lo de la electrónica en sí, que es un estilo que no es santo de mi devoción (a menos que Holbeist consiga convencerme de lo contrario). Si no por haber hecho una evolución tan perfecta. Han cambiado de estilo, se la han jugado, y han conseguido unos temas que molan. El single es atractivo, muy fresco. Les criticarán, para bien y sobre todo para mal. Les llamarán vendidos. Bueno, si lo son tampoco pasa nada, de algo tendrán que ganarse el pan. Yo seguiré siendo partidario de la evolución, o del diseño inteligente...

El laberinto de las entrañas de la Tierra - VIII

Las investigaciones del inspector de policía Jean Gonzalez no habían avanzado demasiado. Había vuelto a quedar para hablar con la rumana Nadia, con Laura Ferrán, la amiga de la desaparecida profesora de gimnasa, y con otros amigos de los cinco desaparecidos. Pero sin sacar mucho más en claro. Todos los secuestrados (porque el secuestro parecía ya una opción más que probable) eran bastante reservados en cuanto a su vida privada, no tenía demasiados amigos, y no tenían familia cercana. De hecho, como el primer informe de la investigación revelaba, todos eran huérfanos. Ese era un dato que a Jean le desconcertaba. Todas las pistas de las que disponía trataban de un Alfa Romeo negro, que abundaban en París, de un hombre sin descripción alguna, salvo que parecía joven y fuerte, y de una rubia francesa, que obviamente también abundaban en la capital gala. Llevaba unos días sin saber que hacer, sin saber que camino seguir. Además, el ambiente en su casa no era el mejor para concentrarse. Su esposa había perdido toda delicadeza con su hija Claudia, y le reprochaba cada una de sus salidas. Ésta, por su parte, parecía haberse olvidado del instituto, y pasaba horas escuchando música en su habitación cuando debería estar estudiando para los primeros exámenes del trimestre. París ya se había adentrado en el otoño y hacía una semana que no dejaba de llover. Le gustaba la lluvia, sobre todo ese ligero calabobos que te refresca cuando sales a hacer un poco de ejercicio. Había aprovechado las últimas noches para darse una carrera bajo la lluvia y despejarse. Fue cuando empezó a pensar que de verdad se estaba haciendo viejo. Ya no era el jóven policía atlético dispuesto a comerse el mundo. Ahora tenía experiencia, y un pesimismo sobre la condición humana cada vez más presente, dejando a un lado su habitual optimismo inteligente. Se sentía como el agente Bevilacqua cuando está perdido en sus investigaciones, sólo que el ni siquiera tenía a la fiel agente Chamorro a su lado. La oficina de policía de la ciudad estaba demasiado colapsada de casos como para que le pudiesen asignar muchos ayudantes. Era sólo en esos momentos de cansancio y hastío cuando, todavía sentado en su coche en el parking de la policía, y viendo caer la lluvia, echaba mano del bolsillo de la chaqueta, para ver los ojos de Danielle Lacroi suplicándole ayuda.
Sentado en su escritorio, con un café largo de máquina poco apetecible en sus manos, el inspector revisaba la lista de Alfa Romeo matriculados en París. De allí era imposible sacar nada en claro. Se detuvo a pensar en los supuestos secuestradores. Era difícil que aquella mujer rubia, que según la rumana Nadia tenía aspecto de modelo, hubiese secuestrado por la fuerza al griego Vasili, del que sabía que era fuerte como los atletas de los juegos olímpicos de la Antigüedad. Jean tenía la sensación de que, si se confirmaba lo del secuestro, habría sido de una forma un poco sútil. La fama de seductor que tenía el griego le hacía pensar que quizás habría seducido a la rubia, o viceversa. Aunque eso era mucho suponer... En cuanto al hombre que se encontraba con Danielle podía haber varias hipótesis, desde que le amanazara con algún arma, le engañase con alguna historia, o también hubiese sido un ligue. En cualquier caso, tener dos secuestradores con el mismo coche parecía indicar unos secuestros más o menos organizados y, al menos, por más de una persona. Esto descartaba a un posible trastornado, violador, asesino o ladrón. Dos sospechosos de distinto sexo llevaban la investigación a otros terrenos. Y Jean no sabía si aquello era bueno... Esto parecía algo en manos de profesionales o, por lo menos, no muy aficcionados. Y no es bueno tratar con profesionales cuando te puedes estar jugando la vida.
Jean estuvo toda la mañana hablando con los expertos en crimen organizado de su oficina. Estuvieron revisando bandas conocidas y otros sucesos.
- ¿Crees que ha podido ser alguna de estas bandas del crimen? - Preguntó Jean a un joven pero experto policía, que estaba acostumbrado a tratar con mafias y bandas a gran escala.
- Lo veo difícil, esta gente no tenía nada. No eran ricos, no tenían familia a la que extorsionar. Ni siquiera tenían ningún contacto conocido con la ilegalidad. Ya me entiendes, algo de drogas, prostitución, no sé...
- Ya, entiendo. De todas formas no he investigado muy a fondo si los desaparecidos tenían algún antecedente de este tipo. Ya sabes, en esta trabajo no hay que confiar en nadie. Cualquiera puede ser un camello, o un chulo de putas.
- Ya sabes, Jean, aquí tú eres el experto. Seguro que darás con algo... ¿Qué tal va tu familia?
- Ahí estamos, sobreviviendo. Y... ¿Como se llamaba tú novia?
- Kattie. Bueno, bien, ahora está otra vez en Birmingham. La echo de menos, ya sabes...
- Sobre todo por las noches, ¿no?
- Imagínate...
- Pues nada, gracias por la ayuda. Seguiré dándote el coñazo con este asunto.
- Descuida, no hay problema. Me gusta mi trabajo.
- Ya dejará de gustarte...
A Jean le gustaba hacer las cosas bien, y eso implicaba estar pendiente de muchas cosas. Por eso se compenetraba bien con aquellos compañeros que trabajan duro cada día, aunque no estuviesen del todo convencidos de si estaban haciendo lo correcto. No le gustaban las vagos, ni los que vivían de una moral demasiado volátil, o lo que es lo mismo, de los sobornos. Que también los había. En cualquier caso aquello no era la policía de Los Ángeles, y el trabajo se desarrollaba más o menos con normalidad.
Aquel día decidió no hacer horas extra y volver pronto a casa. Tendría tiempo de leer un rato, o incluso de hacer la cena. Cogió su Megane y recorrió las calles de París, encharcadas por una lluvia incesante. Había oído decir que París era la ciudad más bonita de Europa. También la llamaban la ciudad del amor. A él cada vez le parecía más que allí no había ni belleza ni amor. A veces uno tiende a destetar la ciudad en la que vive. Sobre todo cuando conoce sus más sucios rincones. Pensó en que el próximo verano iría de vacaciones el extranjero. Quizás a Praga, o Madrid.
Ya estaba llegando a su casa. Llovía a cántaros y apenas se veía lo que había en las aceras. Según se acercaba vió dos figuras en la puerta de su pequeño chalet. Entonces, su corazón se paró. Su hija Claudia estaba entrando en un coche negro, acompañada por una mujer alta, que se cubría con un paraguas negro. A pesar de la intensa lluvia pudo fijarse en la mujer de cabellos rubios que, cerrando el paraguas, entraba con su hija en un Alfa Romeo.
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Por cierto, gracias José por la inspiración con el coche, sabes que me gusta. :-)

04 octubre, 2006

He-Man

No tengo muy claro cuál fue la neurona que se me cruzó para decidir que el trabajo, mis varios proyectos musicales y mis intentos por terminar la EOI... eran poco para mí. Debió ser en un atragantamiento cerebril cuando decidí, nada más y nada menos, que convertirme en He-Man. Podía haber elegido a Lupin, al Comandante Cobra o a Terremoto Earthquake (curioso nombre...). Quizás hubiese sido mejor. Pero no, elegí a He-Man. Así que aquí estoy, decidido a convertirme en un Máster del Universo (o de la Sociedad de la Información, no lo tengo del todo claro...).
Esto tiene unas leves consecuencias, que derivan en otras. Las primeras son dos, principalmente: duermo mejor y, desde las 7 de la mañana que abandono mi dulce hogar cada mañana, pasan unas 14 o 15 horas hasta que vuelvo a regresar. Las consecuencias que derivan de éstas son quizás más importantes: tengo menos tiempo para leer y comentar blogs (y para escribir en el mío). Así que no os alarméis si no os comento demasiado, o si esperáis años a una contestación de un mail. Me he dejado un hueco por la noche en mi horario para dichos menesteres...
Pero está claro que Esqueletor no va a poder conmigo...