Tres horas más tarde estaba tumbado en una de las camas de la habitación doble que él y Sara habían alquilado en un viejo hostal. Llevaba allí tumbado un buen rato, mientras Sara se desahogaba llorando en el baño, sin dejarle entrar. Habían huido del campus lo más rápido que habían podido, sin levantar demasiadas sospechas, o al menos eso pensaban. El libro del profesor de historia estaba ahora sobre la mesita de noche, todavía con manchas de sangre. Tenía la mente en blanco, no sabía que pensar, que creer, que hacer... pero al menos estaba vivo. Haber regresado al piso de Sara hubiese sido una locura, así que ni siquiera pasaron por allí. Toda esa historia de seres abstractos le superaba. Se resistía a creer cualquiera de todas esas tonterías, pero en unos pocos días ya había visto dos cadáveres, y había temido varias veces por su vida. Lo único que tenía era una nota con su propia dirección y un inmenso libro, que todavía ni se atrevía a abrir, intentando asimilar la situación. Entonces Sara salió por fin del lavabo, el pelo revuelto y los ojos llorosos.
- ¿Qué tal estas, Sara?
- Mejor, gracias. No era a mi a quién querían matar... ¿Tú que tal?
- Vivo, que no es poco. Pero asustado
Sara dejó escapar otra de sus tímidas sonrisas.
- Bueno, por lo menos tenemos ese libro. Deberíamos echarle un ojo. Pero primero me apetece darme un ducha y descansar un rato. Si por lo menos tuviese algo de ropa...
- He llamado a Jamal, vendrá pronto con algo de ropa y comida para los dos. No deberíamos salir de aquí de momento, no podemos correr riesgos.
- Bueno, yo me voy a ir dando una ducha mientras viene Jamal. A ver que ropa me trae...
- Vale, yo le echaré una ojeada al libro mientras.
Abrió el libro con cuidado, rozando las tapas de piel, acariciando el símbolo de la portada. El libro parecía estar escrito a mano, con una caligrafía cuidada, y por dentro parecía viejo, muy viejo. De hecho, estaba escrito en Latín. "Mierda"- pensó- "con mis conocimientos de Latin no creo que pueda leer mucho... quizás Sara... al fin y al cabo estudia Historia" Pero ahora entenderlo no le importaba demasiado, quería palparlo, pasar todas sus páginas, buscar en su mente el secreto que hacía su vida tan codiciada. Al fin y al cabo, quién hubiese disparado al profesor Raúl Danvier a través de la ventana, le había salvado la vida. Empezaba a oscurecer. Se tumbó otra vez en la cama, el libro a su lado.
Se abrió la puerta del baño otra vez y apareció Sara envuelta en una toalla. "Ufff... si no estuviese en esta situación sería un tipo con mucha suerte. Que guapa es esta chica!"
- ¿Qué tal la ducha?
- Me ha venido bien. ¿Y tu lectura?
- ¿Sabes latín?
- ¿Que si sé Latín? - Sara se echó a reír. - ¿En qué sentido?
- ¿Eh?
- Algo sé, sí, déjame echarle un ojo.
Sara empezó a examinar el libro, callada, mientras Marco se seguía debatiendo con sus pensamientos. Al poco rato llegó Jamal, con cara de preocupación, pero con su energía de siempre. Les dejó ropa para 4 o 5 días, embutido y latas de conserva, patatas, alguna cerveza, una botella de vino Estola "para vuestra cena de pareja de esta noche" y algo de fruta. También dos cuchillos y un hacha, "para protegeros". Estuvieron hablando de lo que había pasado. Jamal se fue al rato. Al día siguiente pasaría por la facultad de Historia para investigar y vigiliaría todos los sitios donde pudiesen buscarles: la casa de Sara, la de la calle Rojas de Cádiz... Prometió volver al hostal al día siguiente por la noche para ver que tal estaban y contarles lo que hubiese descubierto.
- Date una ducha, yo voy preparando la cena
- De acuerdo.
Media hora más tarde estaba sentados en la cama comiendo chorizo y bebiendo vino.
- Brindemos
- Vale, ¿Por qué?
- Porque estamos pasando una bonita noche de hotel...
- Hacía mucho que un chico no me llevaba a un hotel.
- ¿Ni siquiera el profesor lunático...?
- Ni siquiera. Y eso fue sólo una noche!!!
- ¿Y quién te ha dicho que esto vaya a ser más que una noche?
Sara se echó de nuevo a reir.
- Creo que será más de una noche, tardaremos en salir de aquí. Así que ponte cómodo. Qué mejor forma de terminar una cena que leyendo un buen libro...
- Si, creo que esta noche tampoco voy a dormir, quiero que me cuentes todo lo que ponga en ese libro.
- Tu mandas.
Y Sara se tumbó en su cama y abrió de nuevo el libro, mientras él se ponía cómodo en la suya y se preparaba para escuchar.
- ¿Sabes? Raúl dijo que había un grupo de intelectuales que luchaban para que los Innombrables no volviesen a despertar. Creo que él era uno de ellos y por eso intentó matarte.
- Sí, también dijo que los seres sólo pueden despertar en presencia de ciertos cometas y sacrificando ciertas vidas humanas, ¿no?
- Exacto, y es posible que seas tú una de esas vidas humanas...
- Y por eso los adoradores de los Innombrables me buscarían también a mi. ¿Pero qué tengo yo de especial? ¿Y por qué no me han matado? Les habría resultado fácil... También está el hombre que encontré en muerto en la calle, aparecía en una foto junto a Raúl... ¿De qué lado estaría? -Se quedó pensando un momento- En cualquier caso sigo sin creerme muchas de esas cosas.
- Quizás este libro nos responda a alguna de esas preguntas...
5 comentarios:
Qué gran error... ¡engancharme!Acabo de quedarme durante el resto de mi día en esa habitación de dos camas.
vamos a ver... Pero ese chico, de donde ha salido...
Ella sale de la ducha, pelo mojado, envuelto en una toalla... y el, lo único que pregunta es: "sabes latín"...
En fin... que mola el relato... Saca tiempo cuanto antes que queremos que esto siga!!!
Opino igual que Lucas: el chaval es un poco lento...
Aunque, por otro lado, tampoco está mal resistirse y hacerse el duro ;)
Bueno, ¿qué narices pone en el libro?
No nos puedes tener demasiado tiempo en vilo.
Ánimo, que en cuanto esto lo lean los tíos de Hollywood te compran el guión y no tendrás que madrugar nunca más. :D
Buen concierto ayer man!!
Pero los del barlovento no tienen ni puta idea de ecualizar... a Angel no se le oyó na más que en un solo, el resto del tiempo na...
Ey! Gracias! Ya me dijeron que a Angel no se le oía casi, hay que joderse! Pero bueno, estuvo bien tocar delante de tantas caras conocidas, fue un rollo muy íntimo, jeje.
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