23 noviembre, 2008

Back to the 80s

O to the Future. Hay pocas pelis tan ochenteras como ésta... Un auténtico clásico que se revaloriza con los años... Y en el que parece que nunca dejas de descubrir cosas nuevas, como ese "Chuck, soy tu primo Marvin Berry, escucha esto, creo que es el sonido que andabas buscando...", mientras Marty McFly (o Levi Strauss, o Calvin Klein...) toca Jonnhy B. Goode.

Vaya tarde que me he pegado frente al televisor (de tubo, claro, y eso que no era el Telefunken de mi taller madrileño...), tragándome hasta los anuncios, a pesar de que, como todo el mundo, he visto el film mil veces... Pero ahí estábamos los hermanos volviendo a los 80.

... y para colmo, un periódico de tirada nacional nos ha traído hoy a casa dos de los grandes álbumes del Jefe...

18 noviembre, 2008

La Coquette

Avanzábamos con la espalda buscando siempre la pared más cercana, la mano apoyada en el acero, y el sombrero bien calado. Primero "el Madrileño", y yo el último. En medio nuestras invitadas de las vascongadas. Acabamos de apurar una copiosa cena, de esas de muchos "voto a tal", de las que corre la cerveza y la carne ensartada en brochetas. Al poco nos reunimos con "el Manchego" que, a lomos de su nuevo corcel, traía a su amiga y amazona personal.

La noche de Otoño, aunque fría, estaba despejada y, aunque torciamos las esquinas con cuidado y no quitábamos ojo de las sombras, nos sentiamos relativamente seguros. Que no somos del todo cobardes, y menos cuando hay mujeres de por medio.

El candil de la puerta indicaba la entrada al antro, donde desde las escaleras ya se apreciaba el sonido melancólico de la música, como un recuerdo de otros lugares, quizás de más allá del océano. Con cierta dificutad conseguimos una mesa, y pedimos a los taberneros las primeras rondas de cerveza. Dos bellezas hispanas - y digo bellezas exclusivamente por el tamaño de los pechos de la primera y la total desinhibidez de la segunda- coqueteaban, vete a saber con qué motivos, con dos herejes, quizás de Flandes, quizás hideputas ingleses. Nosotros reíamos al son de la escena, pediamos más cerveza - e incluso robábamos, que para eso íbamos cargados de aceros - y hablámos de nuevas batallas, de la incapacidad de nuestros gobernantes y de las bondades de nuestras mujeres. Que por Dios yo, a pesar de que andaba ya cansado de tanto negocio de espada y se me cerraban los ojos, le hubiese metido dos palmos de toledana o vizcaina a cualquiera que se acercase a mi capitana.

... por eso levanto hoy mi copa por vosotros, hermanos que juntos, de taberna en taberna, y de lance en lance, hemos ahogado las penas y celebrado las alegrías, ya sea empapados en cerveza, o en sangre ...

El Turco, o el Alcarreño, según prefieran

26 octubre, 2008

Ready for the road

Hoy por fin he tenido tiempo para sacar gran parte del arsenal, sombrero incluido, y ponerme a tocar, grabar, probar sonidos, componer... y así llevo parte de la mañana y media tarde. No lo voy a retratar con sonidos ni con palabras, sino con imágenes. Retratar como me he encerrado en mi habitación soñando con coger hoy mismo la furgoneta y, como dice Chebax, reclutar a un batería que nos encontremos en algún antro del camino, para no volver en un par de años, porque estamos reventando los garitos de medio mundo...

Voy a buscar el bañador, que nos esperan las playas de California, y mis gafas de sol, para que no me deslumbre el sol sobre la arena del desierto...

21 octubre, 2008

Llueve, llueve...

Hoy, como mil otras veces, me ha soprendido la lluvia en la calle y, como siempre, he rechazado el paraguas que me ofrecían... Odio los paraguas, pero más que nada, me encanta la lluvia. Me encanta ver llover por la ventana, aunque me trastoque mil planes. Me alucinan las tormentas, salir a la terraza y ver caer los rayos, oir los truenos, la furia de Thor desatada sobre la tierra... Recuerdo de pequeño cómo calculaba mentalmente el tiempo entre la luz del relámpago y el sonido del trueno, recuerdo aquella noche en que la pantalla del 386 decía aquello de "y ahora apaga el ordenador y vete a la cama". Habíamos terminado el Monkey Island, y había tormenta sobre La Alcarria. Me encanta correr bajo la lluvia. Y me encanta quedarme quieto bajo la lluvia y que el agua chorree por mi pelo y por mi ropa mientras canto mentalmente, o en voz alta, una canción. Aunque me supongo tantos resfriados. Y me encanta sentarme junto al fuego para secarme, tapar mi cuerpo desnudo con una manta mientras mis ropas se secan en algún lugar de la casa. Me encanta besar bajo la lluvia y despedirme, con en las pelis en blanco y negro, calándome el sombrero que ahora descansa a mi lado... "Hoy has perdido chico, pero no tiene por qué gustarte".
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Yo consegui llegar hasta el final, tan sólo vi tu rostro triste despidiendose de mi. Llueve en Berlin mi amor, sobre los dos... - La Unión

05 octubre, 2008

Skal

La lluvia convertía en bruma el horizonte que se distinguía entre las islas que rodeaban la desembocadura del fiordo. Las tablas de madera del muelle crujían bajo nuestros pasos. Tapados con las capuchas de nuestros demasido fríos trajes de lino españoles, aguardábamos al navío que nos devolvería de vuelta a casa. Negociar con vikingos no es siempre tarea fácil, pero una vez llegado a un acuerdo todo se vuelve distinto. Historias de otras épocas en torno al fuego: dragones, princesas y drakkars que buscan nuevos mundos. Feroces guerreros, pero perfectos anfitriones. Horas antes, la cerveza de allí donde se termina el mundo brotaba de nuestros cuernos que chocaban mientras aquella rubia de belleza nórdica incomparable traía bandejas de los más deliciosos pescados de aquellas tierras.

Era ya de madrugada y ya podíamos ver las velas que se acercaban a puerto. Toqué la espada en mi cinto y tantee las flechas de mi carcaj, y supe que allí no las iba a necesitar nunca más. Con una pequeña reverencia despedí, por el momento, la tierra de la que hace ya tiempo que me enamoré, y subí al velero que me devolvería de nuevo a Iberia donde, quizás, sí vuelva a necesitar de la espada. A mis espaldas, la lluvia apenas deja ver la ciudad, tan sólo la fortaleza de Akershus se perfila imponente entre la bruma...

25 septiembre, 2008

The Boss

Me gustaría que mi vida fuera como una canción de Bruce Springsteen, con solo de saxo incluido... Y a veces incluso se parece: he tenido Better Days, de hecho, he llegado a tener Glory Days. Siempre he tenido un Hungry Heart y, desde luego, me apasionan las Girls in their Summer Clothes, ya sabéis, chicas en bikini en las playas de California. Sueño con sonar en Radio Nowhere, o en Dancing in the Dark contigo. Y echo de menos My Hometown. A veces me gustaría huir de This Hard Land y recorrer mundo. Eso incluye, seguro, las Streets Of Philadelphia. Todo eso quizás puede cambiar, pero lo que está claro es que, baby, we were Born to Run.

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Mucho tiempo sin escribir, por falta de ganas, o de ánimos, o quizás he estado muy liado... Espero no repetir tan largas esperas...

We'd go down to the river, and into the river we'd dive, oh, down to the river we'd ride - The River, de El Jefe.

24 agosto, 2008

He visto a hombres y mujeres volar, imitar a los peces y los felinos. He visto héroes dejándose la piel por llegar un poco más alto. He visto a gente llorar de emoción, rabia, decepción o alegría. Yo mismo he estado apunto de llorar de emoción, y no me había siquiera levantado de mi sitio. He visto pasar la superación del ser humano por delante de mis ojos durante días, y he soñado con que somos capaces de hacerlo todo, con que, además de destruirnos entre nosotros, sabemos apoyarnos y superarnos.

Y gracias a eso, he soñado con que yo puedo seguir luchando. Y gracias a eso, he vuelto a coger un balón entre mis manos, me he vuelto a calzar las Reebook o las Asics, mi camiseta de Shaquille o mis mallas cortas de verano. Y ponerme a batir records, aunque sean personales Y que no sea sólo cada cuatro años.