29 diciembre, 2006

La Biblia del Polluguismo

"Al principio todo era perfecto y chupiflower. Las conexiones de Adsl de tropezientos megas crecían en la tierra como las patatas, y nadie compraba ordenadores, porque salían de los árboles. No existía Dios (si, si, el de mecawen!!! ), si no una webmaster cañón y bisexual a la que llamaban "La Jefa" . La gente nacía ya crecida, buenorra, inteligentes, simpáticos y con ropa , la cual incluía un móvil de última generación, una videocámara digital que era la repanocha y un mp3 molón.También sabían hablar y manejar todo aparato existente, por supuesto. La vida era feliz, ya que al crecer la comida cocinada en los matorrales y que la enfermedad se curaba siempre con una cosa que salía de las lechugas con vinagre, la gente no tenía que estudiar ni trabajar, a lo que se añade que el teletransporte..."
Así empieza A modo de movida, la biblia del polluguismo, creada nada más y nada menos por uno de los funkies-vampiros más ancestrales que exixten. Como bien lo define él en unos de sus auto-comentarios: "mezcla entre surrealismo, humor absurdo y cierta crítica velada". Yo no os voy a explicar más, simplemente me encanta. Si queréis salir de vuestro mundo y haceros por fin harina, pinchad aquí, y no os arrepentiréis.

02 diciembre, 2006

Dame tu ropa, tus botas y tu motocicleta

Ójala fuese lo suficientemente duro para decir esa frase. O para ser el gobernador de California. Y calzarme mis botas de cuero, abrocharme mi chupa de aviador y montarme en una buena Harley con unos buenos tubarros. O mejor, en una moto-triciclo con tubos de escape a modo de chimeneas de camión. Aparcar en la puerta del bar y acercarme a la barra a pedir una buena jarra de cerveza muy fría, mientras suena Fight Fire With Fire. Tener un Rickenbacker como el de Lemmy - apunto estuve de comprarme uno una vez, aunque no como el suyo, claro... - en la parte de atrás de mi pick-up, justo al lado de mi gorro de cowboy.
Aunque sea por muy pocas cosas, a veces me gustaría haber nacido en los states... Por lo menos, ya tengo el gorro y espero tener pronto la chupa. Lo de la moto, debería sacarme antes el carnet, no lo tengo muy claro... pero el pick-up y el Rickenbacker llegarán algún día, eso seguro. Si no, siempre puedo llegar al Boss a caballo, después de haber retado a los Saxon (o a sus equivalentes alcarreños).
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Other bands play, Manowar kills!!! - Manowar

22 noviembre, 2006

Caminando hacia la niebla

Hoy es de esos escasos días en los que, cuando llego a casa, no tengo nada que hacer. Lo primero que he hecho ha sido pasarme por la tienda del Chanquete, a probar un cajón flamenco y a preguntar por el precio de un Ampeg (si por mi fuera, me compraría toda la tienda...). Después, un rato de messenger y a cenar. Aprovechando que no estaban mis hermanos, y que por tanto no había CSI obligado (ya sea Las Vegas, Miami, Nueva York, Calcuta o Paramaribo...) he decidido poner el canal Viajar. Me gustan sus reportajes, aunque parezca mentira. Suelen estar bien hechos, y es raro que te encuentres con uno muy aburrido. El de hoy: "El viajero profesional: Yemen". Yemen es uno de esos países que uno no situaría del todo bien en el mapa, aunque se sepa más o menos por donde anda. A mi me me gusta mucho la arquitectura, la música y demás del mundo árabe (aunque haya tantas cosas que no me gusten del mismo mundo...). Pero también me gusta la cultura asiática, o la prehispánica en Sudamérica, o casi cualquier otra...
Hace unos días, en una cena después de ver a Quique Gonzalez, Celia - mi mejor amiga, o mi otra mitad, casi desde que tenemos uso de razón, si es que alguna vez hemos tenido uso de ella - y yo, comentábamos que nos teníamos que comprometer a hacer al menos un viaje al año al extranjero. Que para eso somos gente de mundo... Y ójala no sea uno, sino unos cuantos. Para mí es uno de los objetivos de la vida, conocer mundo. Como os decía en mi post anterior, simplemente para sentirse libre. Para escapar de la gran ciudad, y para desnudarse un poco (literal y metafóricamente...). Ponerse la mochila y caminar. Y cuando no haya tiempo para irse a Yemen o Surinam, conocer nuestra Península, que también tiene su encanto. Y tomarse una cerveza, un vino o un té, a la salud de todos aquellos que se atrevieron a cruzar la puerta de su hogar, para regresar sólo de vez en cuando, por Navidad, o porque siempre se echa de menos. Joder, que difícil es a veces dejar todo, calzarse las botas, coger dos mudas y la mochila, y caminar hacia la niebla. Pero lo bueno es que siempre merece la pena...
... yo de momento estoy planeando un viaje e Berlín, y otro a Lovaina... Cualquiera de vosotros que tenga un destino, y unas buenas botas, que me lo vaya diciendo...
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Hoy me voy a Machu-Pichu, a ver si cazo un bichu, hoy me voy a Machu-Pichu, a comerme un San Jacobo - Los Berzas, en homenaje a mis bros, mayor, mediano, y menos mediano

19 noviembre, 2006

Como las águilas

A veces me gustaría poder volar, como las águilas, sin sentir el vértigo al acercarse a un acantilado, sin miedo a caer. Poder surcar el cielo, rozar las nubes, y ver el suelo desde otra perspectiva. Ver la tierra en toda su extensión, y sentir la lluvia en la cara mientras expando mis alas en busca de un lugar que descubrir. A veces quisiera ser pez, y nadar en un mar infinito, llegando hasta donde un hombre nunca podrá llegar. Sentir la calma de una oscuridad absoluta, o la belleza del más colorido de los arrecifes de coral. Y también quisiera ser un lobo, pero en otro tiempo, en otro lugar. Quisiera ser un lobo en una tierra sin hombres, para poder correr a mis anchas, poder jugar con la manada, o cazar a mi presa. Y no tener que pensar en nada. O quizás lo que quiero es ser un hombre en una tierra sin hombres. Un Tarzán o un Mowglie moderno. Poder recorrer bosques, descender ríos y subir montañas. Y allí, en la cumbre de algún pico, poder desnudarme en cuerpo y alma y gritar. Simplemente gritar a las montañas y a los campos que se abren bajo las rocas. A veces es difícil sentirse libre. No hay libertad en los vagones del metro, a menos que te abstraigas lo suficiente, ni en un edificio de cristales y cemento. Quizás en un gran parque o en un museo después de la hora de cierre. Quizás en la gran ciudad hay sitios donde sentirse libre. Para poder sentirse un Tarzán en una jungla de asfalto. Pero yo prefiero escaparme, desplegar mis alas e intentar aprender a volar. Y encontrarme con otro lobo solitario que también quiera escapar, por un momento, del mundanal ruido. Unirse al grupo de los locos cuya mayor ilusión y esperanza es ascender desnudos a la más inaccesible de las montañas. Y allí, tan sólo mirar hacia abajo, mientras la lluvia empapa sus cabellos. Y gritar. O hacer el amor. O simplemente soñar. ¿Quién quiere extender sus alas y volar conmigo? Empieza a ser el momento de que nos sintamos verdaderamente libres... como las águilas.
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Someday girl I don't know when, we're gonna get to that place where we really want to go and we'll walk in the sun. But till then tramps like us, baby we were born to run. - Bruce Springsteen

08 noviembre, 2006

La agrupación convierte la incertidumbre en un riesgo mesurable

Ahí queda eso.

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Lo que se aprende jugando a ser He-Man. Kyk rules!

04 noviembre, 2006

Lucrezia

Hace un par de meses me pasaron un excel de esos en los que tienes que adivinar qué son ciertos dibujos o fotografías. Este era de personajes históricos anteriores al siglo XX. Todavía me faltan bastantes por identificar (hay algunos que son realmente difíciles, e ¡ncluso el especialista kyk no lo ha conseguido...). Y ayer, casi por casualidad, resolví uno de los que me faltaba. Además, era uno de los que más me intrigaba y me gustaba. La imagen se atribuye nada menos que a Lucrezia Borgia, hija bastarda del Papa Alejandro VI, y conocida por su amor por el arte y por el gran número de leyendas sobre su persona.
Como podéis suponer, aprovechando el día de lluvia de ayer, estuve en el cine viendo la película sobre la familia valenciana "Los Borgia" y hoy me puesto a investigar sobre el tema, afianzando un poco más mi gusto (y desconocimiento) por la historia. La peli, bueno, con un argumento que da para mucho se queda un poco pobre. No me ha convencido del todo la ambientación, fotografía y demás... y la verdad es que se hace un poco larga (dos horas y media). En cualquier caso, si no tenéis mucho que hacer, tampoco está de más que os paséis a verla, si os gusta el género, claro. Llena de intrigas del comienzo del Renacimiento, con algo de contenido sexual (Sancha de Aragón aparece más desnuda que vestida...) y una historia que engancha, pero menos de lo que debería.

29 octubre, 2006

Fuckin' Farewell

Esto empieza a ser preocupante... el número de personas en el café de las 9 (y el de las 11, y el de las 14, y el opcional de las 17...) va menguando. Hace no mucho se fue nuestro barman personal, el Sr. Morgan, y ya se le echa de menos (tanto como a Rakel y Ali, nuestras más apuestas compañeras). Ahora se va (y espero que momentaneamente...) toda una institución. Siempre que necesitas utilizar alguna aplicación, tecnología, etc, que nadie conoce, ¡allí esta él! y por supuesto, está en los cafés (menos el de las 9, que es madrugar demasiado xD) y en su blog, que ya es una referencia en la materia. Se crió en un lugar lleno de Cosladeros, y eso no es fácil...
Coño, Holbeist, te vamos a echar de menos, así que ya te puedes ir apresurando en volver. Encima, cuando abandonemos el edificio, perderemos también a nuestro héroe, el Señor de las Excavadoras. Esto no puede seguir así...

Water can flow, or it can crash

A veces lo que lo que más me gusta de la televisión, es la publicidad. La parrilla está llena de auténtica basura, y es en el momento en el que se debería hacer zapping cuando surgen las mayores obras de arte en la pequeña pantalla.
Uno de mis anuncios favoritos fue aquel de Nike en el que Cantona remataba con un Au Revoir un pase de ¿Ronaldo?. Me acuerdo que mi hermano y yo lo grabamos en VHS... Pero últimamente han salido varios anuncios que pueden superarlo. El mejor, el del BMW X3 (bonito coche), "anunciado" por el señor Bruce Lee. Hay gente que se queja de que la leyenda sirva para vender un coche, puede que lleven razón, la verdad. Pero el anuncio me encanta!
Y me ha hecho recordar el juego al que más cariño tengo, el Bruce Lee en mi CPC de pantalla monocroma. Ese, el Livingstone Supongo, el Emilio Butragueño, el Shinobi y el Dustin, entre otros, marcaron mi infancia, y no hay cosa que más me guste recordar. Creo que dejé mi aficción a los videojuegos cuando pasaron a color, :-) y eso que soy joven!
"Be water, my friend"

28 octubre, 2006

Wish I Had An Angel

Desde haces unos años tengo una especial veneración por los grupos de rock y metal (ya sea gótico, clásico o incluso death...) con voz femenina. Cristina Scabbia, Sharon Den Adel o Amy Lee (Lacuna Coil, Within Temptation y Evanescense, respectivamente) han llenado desde hace un par de años el vacío decibélico de mi habitación. Lo tienen todo, presencia, feeling y una buena voz. Pero no se puede comparar con la que ha sido, para mí, la verdadera diva del heavy metal (hasta que se dedicó a cantar villancicos..).
Hace unos años llegó a mis manos, casi por confusión, un CD que, por toda carátula, tenía un Oceanborn escrito a boli. Lo puse en la minicadena de mi habitación y al instante me di cuenta de que me había enamorado de una voz. Stargazers daba comienzo a una obra de arte, que ya había sido superada por el mejor disco de Ópera Metal (o como se quiera llamar) de la historia: Wishmaster. Tardé un tiempo en saber a quien correspondía aquella voz operística, cuando vi una pequeña foto de la gira del Wishmaster en la Kerrang!. Poco después, en el primer DVD de la banda, From Wishes To Eternity, ví en acción a aquella chica (o mujer) finesa, misteriosa, elegante y enérgica al mismo tiempo. Después tuve la oportunidad de verlos tres veces, en el primer Metal Mania, en la Cubierta de Leganés y en el Festimad 2005. Y las tres actuaciones, impecables.
Luego llegó lo que todos sabemos, su polémica expulsión de la banda justo después de grabar otro DVD en directo antológico: The End Of An Era. Y es justo lo que su nombre indica: el final de toda una era. La era de Tarja Tururen.
No creo que la vuelva a ver en otro escenario, pero ya tiene ocupado un puesto vitalicio en la pared de mi habitación.
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I wish I had an angel for one moment of love, I wish I had your angel tonight - Nightwish

21 octubre, 2006

El Laberinto del Bolchevique y la Flaqueza del Fauno

El orden de los factores no altera el producto, o eso nos decían en la escuela. Después de acabarme el tercer libro del sargento Bevilaqcua y la cabo Chamorro, La Niebla y la Doncella (que es para mí el mejor de la saga, a falta de leerme el cuarto, y eso ya es decir mucho, teniendo en cuenta lo que me gustaron los anteriores) andaba buscando otro libro para pasar mis pocos ratos de ocio (o de Cercanías). Y así, escondido en una estantería de la habitación del primogénito de la familia encontré una pequeña novela del mismo autor (Lorenzo Silva). De aquella novela yo sólo conocía el nombre, y más que nada por la película basada en ella, que si no recuerdo mal ganó algún Goya. Las 180 páginas de La Flaqueza del Bolchevique pasaron rápido por mis ojos (teniendo en cuenta que, aunque me gusta mucho leer, no soy de los que se leen los libros en una o dos tardes). No os voy a contar de que va, porque eso ya lo podéis descubrir vosotros. La mezcla de comedia irónica y cruda realidad se mezclan en un libro que no puede dejar indiferente al lector. (Y con esto se demuestra que no valgo para crítico literario...)
Quizás no hubiese mencionado este libro aquí si no fuese por el film (que queda mucho más cool que "película") que ví el jueves noche, cuando ya estaba terminando la citada novela. Por supuesto que ambas creaciones no tienen absolutamente nada que ver entre sí, pero supongo que todo esta relacionado, y ambas se juntaron en la misma tarde de mi vida. La proyección de El Laberinto del Fauno me sorprendió en una sala vacía. La película no es de las que gustan a todos. Para gustos, los colores, ya se sabe. Ambientada en la España de post Guerra Civil (1944), la película es una mezcla de fantasía y realidad realmente sobrecogedora. Dura por momentos y tierna en otros. Con una buena banda sonora (en mi modesta opinión) y con una protagonista (la niña Ofelia) que engancha al espectador a la primera. Supongo que debido a todos estos alicientes, a la mañana siguiente seguía teniendo vivos recuerdos de las imágenes en mi cabeza... Tengo que reconocer que hubo dos momentos en los que no pude mirar a la pantalla (aviso para mentes muy sensibles...), pero el esfuerzo merece la pena. La película no es perfecta, de todos modos, pero tampoco estoy aquí para sacar fallos. Críticas más amplias se han escrito por ahí...
En cualquier caso, tanto el libro como la película, altamente recomendables para cualquiera...

12 octubre, 2006

McCartney es el Rey

Después de mucho pensar y de diversas investigaciones, he llegado a una conclusión: Paul McCartney es en realidad El Rey. ¿Que qué rey? Pues el único, el inimitable y a la vez el más imitado: Mr. Elvis Presley.
Mi hipotésis se basa principalmente en dos tesis más que contrastadas: Paul McCartney está muerto y Elvis está vivo.
Tesis 1: Paul esta muerto. Sólo hay que ver la portada del Abbey Road. Hay que fijarse, entre otras cosas, en la matrícula del coche (28IF), en el cigarro en la mano derecha del supuesto Paul y en otras pistas incuestionables. Para descubrir todas ellas, aquí. Después de leerlo sabréis que Paul murió en 1966 en un accidente de tráfico, y fue supuestamente sustituido por un doble, llamado William Campbell.
Tesis 2: Elvis está vivo. Hay mucha gente que afirma haber visto al Rey en diversos sitios del mundo. Googleando podéis encontrar diversas historias al respecto. También lo dice Calamaro en "Elvis está vivo" y se pueden ver referencias en el film "El otro lado de la cama". Pero la clave para demostrar esta tesis 2 es la siguiente: Elvis es el Rey, el único, y por tanto no puede estar muerto.
Como todos sabemos, Elvis supuestamente murió en 1975 y la la muerte de McCartney data de 1966. ¿Qué pasó en esos años? Bueno, por un lado, en los "últimos años" de su vida, Elvis no apareció mucho por los escenarios, y apenas salía de su mansión. Podría estar preparando su transformación en el Beetle, si es que no actuaba ya como el bajista. Quizás el sustituto William Campbell realmente existió y no fue hasta 9 años después cuando pasó a ser Elvis quien ocupase su lugar. ¿Por qué lo hizo? Esta claro que El Rey no quería seguir siendo Pelvis. Por eso simuló su muerte. Pero quizás no quería continuar siendo una persona del montón, un ciudadano cualquiera. Lo mejor, abandonar los States y dirigirse a UK, suplantando a otra gran estrella de la música. Así, continuaba siendo un rock&roll star, pero conseguía su deseado cambio de vida.
Por supuesto, esto es sólo una hipotésis, pero ¿por qué no?. ¿Alguien me ayuda en mi investigación?.
En el próximo capítulo, descubriremos que Michael Jackson es un extraterrestre, como ya apuntaba Will Smith en MIB.

Por intentarlo, que no quede

Una de las mejores historias para escuchar, contada por uno de los mejores bloggeros para leer... Lo mejor, que es real. Para leerla, aquí.

07 octubre, 2006

Evolución

Hay algo en la música que generalmente suele estar mal visto, y que a mi me parece una de las cosas más importantes en este negocio. La evolución. Toda la crítica especializada abucheó el Load de Metallica, cuando es un disco enorme (y con uno de los mejores sonidos que he visto nunca). Todo el mundo se quejó de que Avalanch abandonaran el power metal, para volverse más "comerciales". Algo parecido pasó con Train Of Thought de los genios Deam Theater, por tratarse de un disco demasiado duro. Y sin embargo a todo el mundo le parece normal que grupos como AC/DC lleven toda la vida tocando los tres mismos acordes (sin desmerecer a la gran banda australiana). Por eso, esta tarde viendo SOL música me llevado una grata sorpresa: el nuevo disco de Dover. Estareis diciendo ¿este tío se ha vuelto loco?. Bueno, el sonido garajero y grunge de los Dover siempre me había parecido molón. Tocaban mal, y cantaban mal. Y molaba. No ha sido precisamente mi grupo predilecto. Pero merecían mi admiración por llegar tan alto con tan poco. Con este nuevo disco se han lanzado a la electrónica. Y han ganado puntos en mi ranking personal. No por lo de la electrónica en sí, que es un estilo que no es santo de mi devoción (a menos que Holbeist consiga convencerme de lo contrario). Si no por haber hecho una evolución tan perfecta. Han cambiado de estilo, se la han jugado, y han conseguido unos temas que molan. El single es atractivo, muy fresco. Les criticarán, para bien y sobre todo para mal. Les llamarán vendidos. Bueno, si lo son tampoco pasa nada, de algo tendrán que ganarse el pan. Yo seguiré siendo partidario de la evolución, o del diseño inteligente...

El laberinto de las entrañas de la Tierra - VIII

Las investigaciones del inspector de policía Jean Gonzalez no habían avanzado demasiado. Había vuelto a quedar para hablar con la rumana Nadia, con Laura Ferrán, la amiga de la desaparecida profesora de gimnasa, y con otros amigos de los cinco desaparecidos. Pero sin sacar mucho más en claro. Todos los secuestrados (porque el secuestro parecía ya una opción más que probable) eran bastante reservados en cuanto a su vida privada, no tenía demasiados amigos, y no tenían familia cercana. De hecho, como el primer informe de la investigación revelaba, todos eran huérfanos. Ese era un dato que a Jean le desconcertaba. Todas las pistas de las que disponía trataban de un Alfa Romeo negro, que abundaban en París, de un hombre sin descripción alguna, salvo que parecía joven y fuerte, y de una rubia francesa, que obviamente también abundaban en la capital gala. Llevaba unos días sin saber que hacer, sin saber que camino seguir. Además, el ambiente en su casa no era el mejor para concentrarse. Su esposa había perdido toda delicadeza con su hija Claudia, y le reprochaba cada una de sus salidas. Ésta, por su parte, parecía haberse olvidado del instituto, y pasaba horas escuchando música en su habitación cuando debería estar estudiando para los primeros exámenes del trimestre. París ya se había adentrado en el otoño y hacía una semana que no dejaba de llover. Le gustaba la lluvia, sobre todo ese ligero calabobos que te refresca cuando sales a hacer un poco de ejercicio. Había aprovechado las últimas noches para darse una carrera bajo la lluvia y despejarse. Fue cuando empezó a pensar que de verdad se estaba haciendo viejo. Ya no era el jóven policía atlético dispuesto a comerse el mundo. Ahora tenía experiencia, y un pesimismo sobre la condición humana cada vez más presente, dejando a un lado su habitual optimismo inteligente. Se sentía como el agente Bevilacqua cuando está perdido en sus investigaciones, sólo que el ni siquiera tenía a la fiel agente Chamorro a su lado. La oficina de policía de la ciudad estaba demasiado colapsada de casos como para que le pudiesen asignar muchos ayudantes. Era sólo en esos momentos de cansancio y hastío cuando, todavía sentado en su coche en el parking de la policía, y viendo caer la lluvia, echaba mano del bolsillo de la chaqueta, para ver los ojos de Danielle Lacroi suplicándole ayuda.
Sentado en su escritorio, con un café largo de máquina poco apetecible en sus manos, el inspector revisaba la lista de Alfa Romeo matriculados en París. De allí era imposible sacar nada en claro. Se detuvo a pensar en los supuestos secuestradores. Era difícil que aquella mujer rubia, que según la rumana Nadia tenía aspecto de modelo, hubiese secuestrado por la fuerza al griego Vasili, del que sabía que era fuerte como los atletas de los juegos olímpicos de la Antigüedad. Jean tenía la sensación de que, si se confirmaba lo del secuestro, habría sido de una forma un poco sútil. La fama de seductor que tenía el griego le hacía pensar que quizás habría seducido a la rubia, o viceversa. Aunque eso era mucho suponer... En cuanto al hombre que se encontraba con Danielle podía haber varias hipótesis, desde que le amanazara con algún arma, le engañase con alguna historia, o también hubiese sido un ligue. En cualquier caso, tener dos secuestradores con el mismo coche parecía indicar unos secuestros más o menos organizados y, al menos, por más de una persona. Esto descartaba a un posible trastornado, violador, asesino o ladrón. Dos sospechosos de distinto sexo llevaban la investigación a otros terrenos. Y Jean no sabía si aquello era bueno... Esto parecía algo en manos de profesionales o, por lo menos, no muy aficcionados. Y no es bueno tratar con profesionales cuando te puedes estar jugando la vida.
Jean estuvo toda la mañana hablando con los expertos en crimen organizado de su oficina. Estuvieron revisando bandas conocidas y otros sucesos.
- ¿Crees que ha podido ser alguna de estas bandas del crimen? - Preguntó Jean a un joven pero experto policía, que estaba acostumbrado a tratar con mafias y bandas a gran escala.
- Lo veo difícil, esta gente no tenía nada. No eran ricos, no tenían familia a la que extorsionar. Ni siquiera tenían ningún contacto conocido con la ilegalidad. Ya me entiendes, algo de drogas, prostitución, no sé...
- Ya, entiendo. De todas formas no he investigado muy a fondo si los desaparecidos tenían algún antecedente de este tipo. Ya sabes, en esta trabajo no hay que confiar en nadie. Cualquiera puede ser un camello, o un chulo de putas.
- Ya sabes, Jean, aquí tú eres el experto. Seguro que darás con algo... ¿Qué tal va tu familia?
- Ahí estamos, sobreviviendo. Y... ¿Como se llamaba tú novia?
- Kattie. Bueno, bien, ahora está otra vez en Birmingham. La echo de menos, ya sabes...
- Sobre todo por las noches, ¿no?
- Imagínate...
- Pues nada, gracias por la ayuda. Seguiré dándote el coñazo con este asunto.
- Descuida, no hay problema. Me gusta mi trabajo.
- Ya dejará de gustarte...
A Jean le gustaba hacer las cosas bien, y eso implicaba estar pendiente de muchas cosas. Por eso se compenetraba bien con aquellos compañeros que trabajan duro cada día, aunque no estuviesen del todo convencidos de si estaban haciendo lo correcto. No le gustaban las vagos, ni los que vivían de una moral demasiado volátil, o lo que es lo mismo, de los sobornos. Que también los había. En cualquier caso aquello no era la policía de Los Ángeles, y el trabajo se desarrollaba más o menos con normalidad.
Aquel día decidió no hacer horas extra y volver pronto a casa. Tendría tiempo de leer un rato, o incluso de hacer la cena. Cogió su Megane y recorrió las calles de París, encharcadas por una lluvia incesante. Había oído decir que París era la ciudad más bonita de Europa. También la llamaban la ciudad del amor. A él cada vez le parecía más que allí no había ni belleza ni amor. A veces uno tiende a destetar la ciudad en la que vive. Sobre todo cuando conoce sus más sucios rincones. Pensó en que el próximo verano iría de vacaciones el extranjero. Quizás a Praga, o Madrid.
Ya estaba llegando a su casa. Llovía a cántaros y apenas se veía lo que había en las aceras. Según se acercaba vió dos figuras en la puerta de su pequeño chalet. Entonces, su corazón se paró. Su hija Claudia estaba entrando en un coche negro, acompañada por una mujer alta, que se cubría con un paraguas negro. A pesar de la intensa lluvia pudo fijarse en la mujer de cabellos rubios que, cerrando el paraguas, entraba con su hija en un Alfa Romeo.
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Por cierto, gracias José por la inspiración con el coche, sabes que me gusta. :-)

04 octubre, 2006

He-Man

No tengo muy claro cuál fue la neurona que se me cruzó para decidir que el trabajo, mis varios proyectos musicales y mis intentos por terminar la EOI... eran poco para mí. Debió ser en un atragantamiento cerebril cuando decidí, nada más y nada menos, que convertirme en He-Man. Podía haber elegido a Lupin, al Comandante Cobra o a Terremoto Earthquake (curioso nombre...). Quizás hubiese sido mejor. Pero no, elegí a He-Man. Así que aquí estoy, decidido a convertirme en un Máster del Universo (o de la Sociedad de la Información, no lo tengo del todo claro...).
Esto tiene unas leves consecuencias, que derivan en otras. Las primeras son dos, principalmente: duermo mejor y, desde las 7 de la mañana que abandono mi dulce hogar cada mañana, pasan unas 14 o 15 horas hasta que vuelvo a regresar. Las consecuencias que derivan de éstas son quizás más importantes: tengo menos tiempo para leer y comentar blogs (y para escribir en el mío). Así que no os alarméis si no os comento demasiado, o si esperáis años a una contestación de un mail. Me he dejado un hueco por la noche en mi horario para dichos menesteres...
Pero está claro que Esqueletor no va a poder conmigo...

27 septiembre, 2006

Pensando

Llevo unas semanas con muchas cosas de las que quiero hablar, pero sin decidirme a escribirlas...
Pensaba en hablar de política y de justicia, pero cada vez pienso más que ambas cosas no existen...
Pensaba en hablar de mi fin de semana en Toledo, de recorrer sus rincones medievales, de sentirme un guerrero, batiéndome en duelo en callejones, y esperando a mi dama a la salida del oficio en la catedral... De hablar con un sabio judío en la sinagoga, o con un noble musulman en su palacio.
Pensaba en hablar de Julieta (Venegas, por supuesto...). De su conciertazo en La Riviera, de su feeling con el público, su voz y su entrega. Para mí, que me considero un rockero, de lo mejor del Pop del momento.
Pensaba en hablar de un viaje en furgoneta, de una noche de risas y ron (cual pirata emborrachándose tras un buen botín...). De un viaje fugaz, pero mágico.
Pensaba en hablar de miedo y de odio, de amor y alegría, de amistad, de melodías, de vida, de muerte, de creyentes y ateos...
Pensaba hablar de tantas cosas que he preferido... no hablar de nada.
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Y también pensé en continuar mi historia, pero no he tenido tiempo... pronto más

06 septiembre, 2006

Pruebas subjetivas

Alatriste: 6
Iñigo Balboa: 9
Francisco de Quevedo: 8
Conde de Guadalmedina: 8
Conde Duque de Olivares: 7
Angélica de Alquézar: 7
María de Castro: 6
Fray Emilio Bocanegra: 6
Gualterio Malatesta: 9
Sebastián Copons: 10
Saldaña: 10

Guión: 0
Decorados, ambientación...: 9

05 septiembre, 2006

Reinventando el Mundo

Soñaba con un mundo perfecto,
con caballos en verdes praderas,
con barcos surcando las aguas,
y lobos aullando a la luna.

Soñaba con noches enteras,
soñaba con besos eternos,
sin días inquietos,
sin sueños perdidos.

Con vientos del sur, con luceros
con melodías y rimas,
con historias, leyendas
con mis propios sueños

Sin saber que por debajo
todo se resquebrajaba
que nada existía
que yo lo imaginaba

Y antes de perder mi mundo,
decidí rehacerlo,
y pegué los pedazos
con mi mejor pegamento.

30 agosto, 2006

El laberinto de las entrañas de la Tierra - VII

La taza de gazpacho apenas duró dos minutos en sus manos. Isabel apreciaba mucho la cocina de su madre, y no sólo la cocina mexicana, que era la que más acostumbrada estaba a hacer, si no también muchos otros platos. El tono ligeramente picante del gazpacho de su madre le encantaba, y le refrescaba después de un día duro en el supermercado. Había vuelto apenas hace unos días de las vacaciones y ya necesitaba otras. Su madre no estaba en casa. Había quedado con una compañera del trabajo para dar un paseo. Se acabó la taza y fue a la pequeña nevera de la casa a por unas onzas de chocolate. "Dicen que es un buen sustitutivo del sexo...". Recordaba a a aquel chico con el que hiciera el amor hacía unos días. Recordaba su cuerpo sobre el suyo, su movimiento, fuerte, intenso, sus manos rodeándola. Fue breve, pero placentero. A pesar de sus 18 años, Isabel podía enseñar varias cosas a más de un estudiante universitario. "A veces, es una forma de no sentirse tan sola..." explicaba a Patricia, su mejor amiga, que a sus 19 años mostraba una castidad que las traía siempre discutiendo.
Dejó de pensar en ello y fue a darse una ducha. El agua estaba fría, y maldijo al viejo calentador de butano que debía calentarla. Sin ganas de ponerse a arreglarlo se metió bajo el agua y, resoplando, dejó mojar rápidamente su cabello moreno, sus hombros fuertes y finalmente sus piernas. Isabel no era especialmente guapa, ni tenía cuerpo de modelo, pero poseía una extraña belleza en sus rasgos, y las curvas de su cuerpo eran capaz de seducir cuando el momento lo requería. Ella no estaba contenta con su vida. Ni con su piso, ni en su trabajo, ni con la ciudad en la que la había tocado vivir. Pero había dos momentos en los que se sentía feliz: con su vieja guitarra en sus manos, y cuando se miraba al espejo y veía su sonrisa al otro lado.
Se envolvió en una toalla y se tumbó en la cama. Entonces sonó el teléfono. "¿Quién será a estas horas?. Ya había anochecido, y no solía recibir muchas llamadas.
- ¿Sí?
- Eh... Hola, ¿esta Isa? - Era una voz de un hombre joven, que le resultaba familiar.
- Sí, soy yo...
- ¿No me conoces? Soy Iván.
- Anda, buenas, que sorpresa...
Iván era el encargado de mantenimiento del supermercado. Tenía unos veintitantos. A veces, en los pequeños descansos que tenían en el trabajo, él le regalaba un bollo de chocolate. Isabel estaba tenía la sospecha de que le gustaba, pero que nunca se había atrevido a decírselo.
- ¿Te acuerdas lo que me dijiste esta mañana? Sobre un tal Olaf...
- ¡Ah! Sí
- Pues he encontrado algo en Internet. En una aventura de un juego de rol...
- Debería de haberlo imaginado... Tú siempre con esas cosas. Pero gracias, mil gracias. ¿Me lo traeras mañana?
- Eh... Bueno... Yo... había pensado que quizás... podías pasarte... y lo veíamos en mi ordenador directamente.
- ¿Ahora? Ummmm... Bueno, tampoco es mala idea, estaré en 20 minutos.
- Perfecto. Aquí te espero.
Cuarenta minutos después Isa llamaba a la puerta de la casa de Iván, un tercer piso de un bloque de pisos de aspecto antiguo. La puerta no tardó ni 5 segundos en abrirse. Iván, con unos pantalones cortos de baloncesto y una camiseta de tirantes que marcaba sus músculos apareció con una sonrisa un poco forzada. A Isabel siempre le había parecido un poco atolontrado, pero le caía bien.
- Siento llegar tarde...
- No hay problema. ¿Quieres tomar algo? No tengo tequila, pero...
- ¿No están tus viejos?
- Que va, están en el pueblo.
- Entonces sírveme algo fuerte.
- ¡Marchando un buen Ron Liberación!. Pasa a mi habitación y siéntate.
La habitación era un desorden absoluto, con ropa por todas partes, la cama sin hacer, y posters colgando de todos los lados. Grant Hill, Buffy Cazavampiros o Rinoa Heartilly se mezclaban con modelos semidesnudas y fotos variadas.
Al momento llego Iván con dos vasos de ron, uno solo y otro con limón.
- Siento el desorden... Tú prefieres el ron solo, ¿no?
- Sí, ya lo sabes. Estoy impaciente por ver que se cuenta nuestro amigo Olaf...
- Sí, vamos a ello. Si te parece te cuento lo que he leído y te imprimo todo para que le puedas echar un ojo...
- Venga, dispara, te escucho.
- Pues el tal Olaf, al menos según los creadores de este juego de rol... que no es decir mucho, pero algo es... era uno de los más importantes sabios vikingos. Se dice que, en un largo viaje, cuando su drakkar rodeaba las costas de Groenlandia, cayó al agua y no pudieron rescatarle. Dos años después apareció en la costa de Islandia. Cuando regresó a su tierra, en la actual Noruega, contó a su gente que había muerto, para poco después regresar a la vida, y que había visto lo que había tras la muerte. Había descubierto los secretos del más alla... Días después, el sabio, que por aquellos tiempos ya era viejo, murió, dejando su secreto a sus descendientes... Más o menos eso es todo lo que he sacado en claro.
- ¡Genial, tío! Eres el puto amo.. - Y espontáneamente lo abrazó. Le soltó poco después, pues se sentía incómoda estándo sola con él en su casa, pero estaba contenta por ir descubriendo nuevos secretos. Las anotaciones de su libro empezaban a tener sentido.
- Lo que no sé es por qué estás tan interesada en los vikingos...
- Algún día te lo contaré - Se bebió el vaso casi de un trago - Me voy a tener que ir, se hace tarde y mañana hay que ir al curro...
- Bueno, como veas. Si te apetece otra copa otro día...
- Me lo pensaré... Gracias por todo, Iván. - Y le besó cariñosamente en la mejilla.
- De... nada... Un... placer... ¿Quieres que te lleve?
- Prefiero caminar un poco, pero gracias de nuevo. Hasta mañana, tío.
- Hasta mañana
La luz de las farolas alumbraba los cortos pasos de Isabel cuando caminaba calle abajo, y creyó ver una sombra que la miraba en la ventana del tercer piso. "Definitivamente, le gusto... pero mucho se lo tendría que currar...". Y pocos metros después se paró en un escaparate, sólo para contemplar a aquella chica morena que le sonreía en el reflejo.

27 agosto, 2006

Lamentos de saxofón

En una pequeña sala oscura, en los bajos de un tenebroso castillo, se escucha una melodía improvisada. Los truenos del exterior se funden con la armonía del jazz. Un licántropo juguetea con las baquetas de una batería llena de telerañas. A su lado, una horripilante gárgola hace un walking de contrabajo. Un demonio saca acordes de una guitarra a lo B. B King. Y, como melodía principal, se escuchan los lamentos de un saxofón, en las manos de un vampiro. El jazz inunda cada pasillo de la oscura morada.
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Dedicado a FunkyVampiro, por las noches de celtatrón, de fender stratocaster, play station y soundblaster, por las cervezas negras, por los tequilas baratos, por las horas creando música...

Y así eres a la espada parecida, que matas más desnuda que vestida

Y aquí estoy, calándome mi sombrero de ala ancha, ajustándome mi coleto de piel de búfalo, y cogiendo toledana y vizcaina para, después de ahogar los encantos de La Lebrijana en una copa de vino, recorrer los callejones de Madrid en busca de un lance, o de una dama.
... tan sólo una semana...

26 agosto, 2006

Si los expertos dominasen el mundo... III

Hairanakh me mostraba esta mañana un comentario en Escolar que me ha hecho tener que continuar esta serie sobre expertos...
El post en cuestión citaba una palabras de Bob Dylan en contra de los estudios digitales. Yo reproduzco el comentario en cuestión:
"Bueno, y que razón tiene. Sin ir más lejos los discos de OT suenan como si estuvieran grabados en una lata.
De todo amante de la música es sabido que el formato digital es un formato "cuantificado" y por ende, limitado. Por contra, los LPs, esos que para algunos suena como a "friendo huevos" reproducen en su surco la onda de sonido con total fidelidad.
!Que tiempos aquellos de las válvulas de vacio!
Los que tenemos suerte de tener un gran (y digo gran en términos de calidad) equipo de música no somos muy partidarios del MP3, limita lo ya de por si limitado."
Espero que los "amantes de la música" no se crean esa sarta de gilipolleces... ¿Formato cuantificado? Me gustaría saber que sabe este tío de audio digital. Lo del surco de onda también me ha llamado...
Y en cualquier caso, el MP3 no es el único formato digital que existe... Invitaría a este hombre a escuchar un Super Audio CD y que lo compare con los surcos de su vinilo.
O si no, que haga caso a este otro comentario:
"¿Por que tener un IPod si puedes llevar un fiable walkman? ...O un gramófono."

21 agosto, 2006

Si los expertos dominasen el mundo... II

Quinto Beatle: "¿Hasta que distancia funciona este micrófono?"
Yo: "¿Ein?
Q.B: "Sí, los micrófonos funcionan hasta cierta distancia, 1 metro o 2..."
Yo: "Que va... La señal que llega al micrófono depende fundamentalmente, de lo lejos que estés, y de la sensibilidad del micro (dB mV/Pa)".
Q.B: "No, todos los micros llegan hasta una cierta distancia que..."
.....................................................................................................
Q.B: "Es que estos micrófonos captan en forma de corazón. Así, ¿ves?"
Yo: "Sí, estos son hipercardiodes"
Q.B: "No, captan en forma de corazón..."

En fín...

19 agosto, 2006

Si los expertos dominasen el mundo...

Hay ciertas ciencias o técnicas que demasiada gente cree controlar en profundidad, o ser un "experto" en la materia (como odio esa palabra, sobre todo cuando se repite descontroladamente en los telediarios: "según los expertos..."). Poca gente habla sin cesar sobre sus conocimientos de física cuántica, biología celular o microeconomía (por decir algo). Pero parece que a todo el mundo le gusta sentirse un profesional del audio y el vídeo (o de otras cosas de "actualidad", como la informática...)
Ayer, mientras esperaba en la cola del cine para comprar las entradas de Piratas del Caribe, unos chavales que había delante de mí (de unos veinti tantos) comentaban que el cine debería de verse a millones de fotogramas por segundo!!! Joder, parece que la capacidad del ojo humano está sobrevalorada. Al menos, estos chicos no se enorgullecían de ser unos expertos en el tema, simplemente hacían sus cálculos.
Un par de días antes, un amigo me comentaba que otro "experto" amigo suyo tenía la firme creencia de que las películas en los cines Kinepolis se mandaban por satélite al reproductor. Es cierto que dichos cines tienen un reproductor de cine digital, y que la película se puede distribuir por satélite. Pero ojo, distribuir, no proyectar en tiempo real. En cualquier caso, esto sólo sucede en una de las salas (y no se usa muy a menudo). En todas las salas lo que hay es un proyector de fotogramas de 35mm, como los de toda la vida.
Pero lo que más me sorprende es la adoración que profesa la gente a los televisores planos... y todo porque "se ven mejor".
Por eso yo prefiero declararme "experto en nada".

14 agosto, 2006

Ready to work

Son las 7 de la mañana, de un lunes 14 de Agosto (y mañana es fiesta). Os podéis imaginar lo llenas que están las oficinas de mi trabajo... Falta sólo el arbusto rodante de las películas del oeste.

... pero aquí estoy yo (y Hairanakh) dispuestos a echarnos un buen sueño en la sala de racks.

10 agosto, 2006

Las cosas más triviales se vuelven fundamentales

Ya lo decía Enrique Bunbury (...y Benedetti...).
Nunca había estado tanto tiempo sin unas buenas vacaciones (y por buenas me refiero a al menos 15 días para hacer lo que me de la gana). Y parece que la cosa se va a alargar hasta el verano que viene. Y estando un mes de Agosto casi recluido en la capital alcarreña, con no demasiado tiempo libre (quién iba a pensar que hubiese tanto trabajo en verano!), las cosas del día a día se vuelven claves a la hora de enfundar una sonrisa.
Las risas con mi hermano pródigo sobre si regamos las plantas. Los temores de mi hermano, compañero de trabajo y de viajes de encontrarnos al Tupi (un profesional del acople en el autobus, un depredador de no dejarte dormir...). Las charlas telefónicas con mi chica. Las cervezas en la Fuente con los colegas ("A las 8 y media en la puerta de la autoescuela..."). La casi radiofónica Escape (de 'Tallica) sonando por los altavoces de mi mesa, lo suficientemente alto para escuchar los detalles, pero lo suficientemente bajo para que no se quejen por aquí... El del restaurante asiático que nos trae la ternera al estilo Thai, y el cordero al estilo mongol. Hacer la maleta para pasar 2 días en Motril (mi otra tierra). Leer a Holbeist, o a Morgan. Terminarme La Catedral del Mar, que al final, tras un comienzo titubeante, me ha gustado. La charla messengeriana con Raquel. El pensar donde estarán Sebas, Kyk, Jose, Silvia y los demás (esto parece de Amaral... Silvia esperemos que en China, y no en Korea, Filipinas o Sri Lanka). La luna llena.
Pequeñas cosas. Pequeños detalles. Pequeños sueños. Los podría estar relatando hasta que esto se hiciese un post interminable. Pero esto no será más que un pequeño post. Un pequeño post medio olvidado entre los calores del verano, el sueño que me vence cada tarde, y unas "vacaciones" descafeinadas... En cualquier caso, nunca pierdo la oportunidad de poder enfundarme una sonrisa. Ya lo dijo Juan Bosco (¿o Domingo Savio?). Qué coño importa, lo importante es procurar estar siempre alegre.

24 julio, 2006

El laberinto de las entrañas de la Tierra - VI

Según se podía leer en un polvoriento tomo de la biblioteca, Gerard había sido un noble franco, que vivó a comienzos del siglo XV. No se sabía demasiado sobre él, salvo que sus tierras se extendían por una pequeña colina del norte de Francia y que se había convertido en un estudioso de los pueblos escandinavos, tras casarse con una joven esclava del norte de la actual Noruega, llamada Iridia. Tras la muerte de su esposa, el noble había viajado por aquella tierras del norte de Europa y había estudiado y aprendido su lengua, sus conocimientos y su mitología.

Después de 20 horas encerrada en la biblioteca, Isabel Vega por fin pudo esbozar una sonrisa. En un libro de historia de una estantería casi olvidada había encontrado aquellas palabras sobre Gerard. Por un momento quiso sentirse aquella esclava adolescente que enamoró a un noble, hasta el punto de impregnarle de toda su cultura. A veces le gustaba quedarse sola y poder viajar con su mente a tierras lejanas, imaginar que era una diosa azteca, o una guerrera vikinga. Y en el silencio de aquella biblioteca de Madrid podía pensar en cualquier cosa sin que nadie la interrupiera.

La limpiadora pasó a su lado y la sacó de su ensimismamiento. Eran las 6 y media de la mañana y aún no había dormido. Al menos era domingo y no tenía que trabajar hasta el día siguiente. Recogió sus hojas, cogió su walkman y salió a contemplar el amanecer que se colaba entre los edificios. La voz de Julieta Venegas sonaba por los auriculares, mientras Isabel descendía la escalera del metro. Se encontró a un mendigo pidiendo algo de dinero, y le echó tres monedas, que él le agradeció con un tímido amago de sonrisa. Siempre se preguntaba que había hecho aquella gente para estar en la calle, cuales eran sus pensamientos, y si tenían alguna esperanza. Ella siempre había vivido en un mundo humilde, y luchaba cada día por hacer un poco más feliz a su madre, y por poder ella misma disfrutar de su vida.

Llegó a casa y se tumbó en el viejo sofá del salón. Sacó papel de fumar y un pequeño sobre con marihuana. Le quedaba por saber quien era Olaf, pero eso lo descubriría otro día, estaba muy cansada y sólo quería soñar y tener unas horas más de vacaciones. El hecho de que el noble Gerard hubiera contactado con el pueblo escandinavo hacía pensar que Olaf podía tener algo que ver con él. Encendió el porro, se quitó la ropa y se tapó con una vieja manta, que un peruano le había regalado hacía dos años, cuando Isabel había ayudado a su mujer a dar a luz en plena calle. Con el recuerdo de aquel día, Isabel se durmió profundamente.

- Te he dicho que no fumes esto... - Susurraba su madre sin despertarla, mientras cogía el porro, que descansaba sobre la mesa. Después fue a la cocina y bebió un vaso de zumo de piña. Hubo un tiempo en el que había sido feliz. Le quedaba media vida por delante, pero no se perdonaba demasiadas cosas. Por lo menos, con el tiempo, había hecho amigos en Madrid, y cuidaba de su hija lo mejor que podía. - Ójala tuvieras un padre...

Y entre susurrusos tapó bien a Isabel con la manta y se puso a limpiar la casa mientras tarareaba un viejo corrido de su pueblo.

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Jean Gonzalez había quedado con Nadia en un viejo bar de barrio. En la joven, rumana de nacimiento, destacaba una larga melena de rubio teñido y unos ojos verdes penetrantes. Por lo demás era una chica normal, de 24 años, que trabajaba limpiando unas oficinas del centro. Nadia sabía defenderse en francés, pero le costaban algunas expresiones, y su acento la identificaba al momento como ciudadana del este.

La conversación no era del todo cómoda. Nadia estaba nerviosa, y junto su timidez tenía una cierta desconfianza a colaborar. Pero pronto el inspector de policía logró convencerla de que sólo necesitaba su ayuda.

- ¿Entonces conoces a Vasili?
- Sí
- ¿Qué relación tenéis?
- Somos... amigos...
- ¿Algo más?
- A veces. ¿Qué es lo que ha hecho?
- Lleva tiempo desaparecido.
- Disulpe, pero eso ya lo sé... Con una zorra francesa.
- ¿Cómo dices?
- Que se fue con una francesa alta y rubia, de esas que parecen que se creen modelos... Lleva días sin llamarme. Yo he pasado de ir a buscarle. Que haga lo que quiera con esa...
- Lleva días sin llamarte, sin ir al trabajo y a su casa, Nadia, un compañero denunció su desaparición. ¿Viste cuando se fue con ella? ¿Conoces a esa chica?
- Claro que la ví, les pillé cuando Vasili iba a verme a mi casa. Se metió con esa puta en un coche negro. Nunca había visto a esa mujer, pero Vasili es un tío con muchas amigas... ya me entiende.
- ¿Un coche negro? - Jean no podía creer lo que oía - ¿Sabrías decirme que modelo?
- Era un Alfa Romeo.
- Ese dato nos va a aportar mucho a nuestra investigación, te felicito. ¿Viste algo más?
- No mucho, era ya de noche y tenía un buen cabreo, como para fijarme en algo...
- Perdona que te haga tantas preguntas ¿Te suena el nombre de Danielle Lacroi?
- No, de nada.

Se hizo un silencio incómodo. Jean se había quedado sin preguntas, y en ese momento pensaba en más conexiones posibles de las desapariciones. Al menos lo del coche era una pista clave.

- ¿Cree que le ha podido pasar algo, inspector?
- Si te soy sincero, no lo sé...
- Encuéntrenlo, le cruzaré la cara, pero me alegraré de verle.
- No quiero ser indiscreto... pero si me permites una pregunta... - Nadia le miró con cara de interés, con sus ojos fijos en los del inspector, mientras movía ligeramente su melena y se acercaba a los labios un zumo de naranja con no demasiado buen aspecto.
- Diga
- ¿Sientes algo por él?
- Sí - Nadia enrojeció y entorno los ojos, con expresión de tristeza. De esa tristeza que nada cura, que sólo puedes acostumbrarte a vivir con ella.
- Entonces tengo una razón más para encontrarle.

Minutos después ambos se despedían y Jean se dirigía de nuevo a la comisaría. Pidió a uno de los agentes un listado de todos los Alfa Romeo matriculados en Paris.

- Jean, hay muchos Alfa Romeo matriculados en Paris, ¿buscas alguno en particular? Te costará encontrarlo...
- Por algo se empieza.

Ese día volvió pronto a casa. Todavía le quedaba mucho que investigar, y había trabajado duro. Por lo menos no habían aparecido más casos que investigar, cinco desapariciones parecían más que suficientes.

Se sentó a la mesa para cenar con su mujer y su hijo Jacques. Claudia llego veinte minutos tarde, cuando ya su madre empezaba a impacientarse.

- ¿Se puede saber donde has estado?
- Estaba con Rachel, una amiga. Me ha traido en moto...
- Ya sabes que tienes que estar puntual, no te lo voy a decir más veces. Y deberías ponerte faldas más largas...
- Yo sabré lo que me tengo que poner, mamá.
- Siéntate de una vez a cenar y ya hablaremos tú y yo un día sobre los hombres.

Jean seguía la conversación sin decir una palabra, madre e hija se las bastaban solas para estropear una buena cena.

Una hora después, Jean aparcó cerca de la Torre Eiffel y, con la única compañía de un libro, se sentó en el césped de los campos de Marte. "A veces viene bien salir a despejarse" pensó, mientras pasaba la primera página de Estudio en Escarlata.

22 julio, 2006

El tunel de la delicias

Ayer, junto a Tony McCarman, Patrick y Alex 'El Astur', asistí a un concierto que prometía ser interesante: una noche de música celta en la plaza de toros de Guadalajara, dentro de los actos del cuarto centenario del Quijote (que parece que se va a prolongar años y años...) . Nos perdimos a la primera en actuar, Judith, una violinista de Cuenca que por lo que nos dijeron no tuvo una actuación muy brillante. Con mucho retraso empezó Carlos Nuñez, el suficiente como para que nos acabáramos las cervezas y las pizzas del Zampa y llegásemos a tiempo. Gran sonido y gran concierto de un músico al que sólo le acompañan en el escenario un batería/percusionista, dos buenas violinistas (lo de buenas, por su interpretación y por el resto...) y un... ¿como se le llama al que toca el buzuki?. También le acompañaron una banda de gaitas de Alcalá en algunos temas. Una pena que no tocase más de 35 minutos, porque fue de lo mejor de la noche.
Cristina Pato tiene el don de no dejar a nadie indeferente, o te gusta o no. Su actuación no fue buena, sobre todo por unos problemas de sonido imperdonables que hicieron que tuviera que parar un par de veces y que se fuese con un buen cabreo. Sus canciones son entretenidas, pero apenas varía su repertorio (la ví en otro par de ocasiones), y ayer le faltó algo de chispa a su música. Eso sí, la chica se lo ocurra, lástima que no fuese su mejor noche.
Para el final, el retorno de los Celtas Cortos con 'El Cifu', en su 20 aniversario. Y al contrario de lo que me esperaba, volvieron a recordar a los Celtas de antaño, con un buen concierto, en el que tocaron clásicos y canciones nuevas (que tienen buena pinta...). El fracaso de sus últimos discos había hecho un poco de mella en mi opinión sobre la banda, pero ayer demostraron que pueden ir otra vez para arriba. Lo peor, Jesús Cifuentes, que cantó bien, pero que cuando se dirige al público no dice más que frases sin demasiado sentido y a veces inconexas.
Al final, una noche que prometía más de lo que fue, pero en la que disfrutamos como niños. A ver si la capital alcarreña sigue apostando por traer buena música, que ya era hora.

20 julio, 2006

Alta tecnología

No sabía que trabajaba en un edificio de tan alta tecnología... Cuando Chebax me ha dicho que había un Macintosh en el baño parecía dificil de creer. Pero allí estaba, muy cerca de la taza del WC...

18 julio, 2006

El laberinto de las entrañas de la Tierra - V

Isabel se despertó cuando el sol ya hacía horas que inundaba la habitación. A los pies de la cama un muchacho se vestía mientras ella, aún desnuda, le miraba la espalda. No había sido una noche para recordar, pero había sido entretenida. El chico, de no más de 20 años, salió de la habitación con un tímido "hasta luego, nos veremos por ahí".

- No, no nos veremos, pero encantada de follar contigo.

El chico hizo un amago de sonrisa y salió del apartamento. Isabel se sintió un poco sola. Las noches de sexo no son las que curan la soledad. Pero al menos había terminado bien sus vacaciones. Esa misma tarde saldrían de nuevo hacia Madrid, donde le esperaban el trabajo en el supermercado, su guitarra y sus pocas amigas. No se oía nada en el piso, su madre estaría en la playa. Sin levantarse de la cama acercó la mano a la mesilla de noche, donde un viejo libro descansaba desde la tarde anterior. Lo abrió como si nunca lo hubiese hecho, como si quisiera descubrir una nueva historia. Pero ya era la tercera vez que lo leía. Y la tercera vez que examinaba cada una de las anotaciones de sus antepasados.
"El secreto de Olaf se guarda en las entrañas de la tierra, en algún lugar de centroeuropa" decía una.
"Sólo una persona puede encontrarlo, el secreto está en algún lugar de este libro",
"La última respuesta será desvelada" o
"Gerard lo escondió en su morada" eran otras de las anotaciones...
Todo resultaba muy extraño, y comenzaba a sentirse verdaderamente intrigada. Le asaltaban muchas preguntas: ¿Sería esta la único copia del libro?. ¿Que es lo que guardaba exactmente?. ¿Quién eran Olaf y Gerard? El libro no hablaba de ellos...
Se tumbó de nuevo tratándose de imaginarse corriendo por la calles de un pueblo medieval, entrando en un castillo o montando a caballo en una verde pradera. Tenía que desvelar el misterio de aquel libro, y lo haría nada más llegar a Madrid. Sólo tenía que buscar una buena biblioteca donde poder encontrar algo. También buscaría en Internet, al fin y al cabo era una gran fuente de conocimiento, y había un cibercafé cerca de su casa.

Se levantó, se puso un bikini de rayas azules y verdes y fue a la playa en busca de su madre. Le esperaba un viaje largo de vuelta y le vendría bien un baño. En su viejo walkman sonaba la voz del Boss cantando aquello de las calles de Philadelphia. Se preguntó si algún día encontraría a su Bruce Springsteen... El bullicio de la playa la devolvió a la realidad mientras buscaba la sombrilla de su madre.

- ¿Qué tal la noche, hija?
- Normal
- ¿Nos damos un baño?
- A eso vengo...
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Jean aparcaba de nuevo frente a la casa de Laura Ferrán sin demasiadas ganas de investigar nada. La charla con Claudia del día anterior no le había parecido muy fructífera, y no sabía que hacer para que le hiciera caso. Tenía que aprender de Jacques, su hermano menor, que destacaba en los estudios y apenas daba problemas. Además, las investigaciones del día anterior no habían aportado mucho. Tanto el bombero como el griego debieron desaparecer por la noche, probablemente a la salida del trabajo, lo que coincidía con la desaparición de la joven gimnasta, pero no había conseguido muchos más datos. En cualquier caso sólo había contactado con sus respectivos centros de trabajo, y tenía que investigar entre amigos y vecinos.
A las 10 en punto la puerta del portal se abría dejando paso Laura, que vestía una colorida camiseta y una falda larga, que contrastaba con su permanente cara de cansancio. Laura vió al detective y se acercó al coche.
- Buenos días, ¿nos vamos?
- Buenos días, señorita, sí, vamos a ello... discúlpeme si no estoy muy hablador, no he tenido un buen día.
La primera parada fue en el gimnasio donde trabajaba la desaparecida. Era un local moderno, grande y ordenado. En nada se parecía a esos gimnasios de las películas de boxeo, que más parecen un viejo almacén que un lugar para hacer deporte. Hablaron con el encargado, que se mostró bastante receptivo. Contesto a todas las preguntas sin dudar demasiado. Danielle había ido a trabajar ese día como cualquier otro, le gustaba mucho su trabajo y había estado de buen humor. Rara vez habían tenido algún problema grave con ella. Después del trabajo probablemente se hubiese marchado a casa, aunque no era de esas a las que las da miedo andar por la ciudad de noche. Sabía valerse por sí misma. Laura asentía a todas las respuestas, como si ella misma también hubiera contestado eso.
La casa de Danielle quedaba a unos 20 minutos a pie desde el gimnasio. El supuesto secuestro debía haber sido en ese trayecto. Laura y Jean hicieron el camino andando, hasta llegar al pequeño apartamento de Danielle.
- ¿Quiere que subamos? Tengo una copia de la llave.
- No, de momento no, supongo que necesitaria alguna autorización para revolver sus cosas, y no sé si sacaría algo en claro. Preguntaremos a los vecinos.
Pocos de los inquilinos estaban en sus casas, y los pocos no conocían demasiado a la chica, y no sabían demasiado al respecto. Cuando ya iban a dejar el edificio una anciana que bajaba por la escalera se acercó a ellos:
- ¿Que pasa con esa chiquilla? ¿Ha hecho algo malo?
- ¿Sabe algo usted de ella? - Al inspector se le iluminaron los ojos
- Es una chica muy maja, siempre me saluda cuando la veo por aquí.
- Desapareció hace unos días.
- ¿En serio?
- Sí, ¿puede recordar la última vez que la vio?
- Sí, debió ser hace dos noches, o tres, no sé. Se subió a un coche negro muy cerca del portal, le acompañaba un señor, pensé que sería algún novio, o amigo, o algo.
- ¿Puede describir el coche? ¿y al hombre? - Jean estaba cada vez más ilusionado por el descubrimiento, y Laura estaba pálida.
-El señor parecía mas bien joven, pero lo ví desde la ventana y la calle estaba oscura. Era grande, fuerte quizás. Del coche no te puedo decir más que era negro y no muy grande... no entiendo mucho de marcas, a mi edad.
- Gracias, señora, si ve usted de nuevo a ese hombre o al coche por aquí cerca, o descubre algo, llame a este número y pregunte por Jean Gonzalez
- ¿Es usted español?
- Mi padre era español.
- Mi marido era de Vigo... No se preocupe, le llamaré si veo algo.
Dejó a Laura en su casa media hora más tarde, después de que ella le asegurase que no conocía a aquel hombre que describía la anciana. La chica estaba visiblemente afectada y la vio marcharse con lágrimas en los ojos. Jean se prometió a si mismo que haría todo lo posible por encontrar a su amiga.
Después de comer sólo un sandwich, de esos que vienen prefabricados, el inspector se sumió de nuevo en una pila de papeles y anotaciones para ver por donde continuar la investigación. Decidió llamar a una amiga de Vasili, el camarero griego, cuyo teléfono le habían proporcionado en el restaurante.
- Buenas tardes. ¿Puedo hablar con Nadia?
- Sí, soy yo. - Una tímida voz con marcado acento del este contestó al teléfono
- Hola, soy Jean Gonzalez, inspector de policía. ¿Me concede unos minutos?

17 julio, 2006

Alta frecuencia

Ayer, ojeando una revista de producción de audio y cosas así vi un anuncio de unos monitores de estudio de campo cercano, en el que se destacaba la respuesta en frecuencia de los mismos: de 60 Hz a... ¡51 kHz!. Desde luego, los delfines escucharán todos los detalles de la grabación sin problemas...

16 julio, 2006

El laberinto de las entrañas de la Tierra - IV

Su reloj marcaba las 10 y cuarto de la mañana, y nadie contestaba a la puerta. Jean empezaba a impacientarse. La charla de su mujer no había conseguido que se quitara el asunto de las desapariciones de la cabeza. A veces le gustaba sentirse un Sherlock Holmes moderno, pero sabía que nunca llegaría a su sexto sentido para la deducción, y ya empezaba a hacerse viejo. Aunque en realidad nunca le había gustado el caracter de la famosa creación de Sir. Arthur Conan Doyle. Apretó otra vez el timbre, esperando no encontrar respuesta, y ya cuando se decidía a descender de nuevo las escaleras, la puerta se abrió con timidez. La cabeza de Laura Ferrán asomó por la puerta envuelta en una toalla.
- Buenos días - dijo la joven, un poco sonrojada - Perdone, no me había dado tiempo a sacarme el pelo, y no oía el timbre con el ruido del secador. Pase, por favor.
Jean entró al pequeño apartamento. Pequeño, pero acogedor, sobriamente decorado, pero con mucho gusto. Sólo esperaba que aquella estudiante de periodismo le pudiese dar alguna pista sobre el paradero de su amiga.
- Siéntese. ¿Le importa esperar mientras me seco el pelo? Le serviré un café.
- Yo esperaba llevarte a una cafetería, no quiero invadir tu intimidad.
- No se preocupe, aquí hablaremos más tranquilos.
Jean apuraba un mal café mientras esperaba a la chica, cuando al final apareció, mostrando un bonito pelo rubio con mechas rojas. La cara de la chica, en la que antes apenas se había fijado, aparecía cansada, como con unos cuantos años de más.
- No creo que Danielle se hubiese escapado sin avisarme, dejando el trabajo tirado y todo eso. Bueno, quizás si lo hubiese hecho... pero nunca hubiero dejado solo a Mr. Cooper.
- ¿Mr. Cooper?
- Su gato. Lo adora. Danielle podría dejar el trabajo, su piso, a un novio o incluso a su mejor amiga, pero nunca a su gato.
- Entiendo... - A Jean siempre le sorprendían todas aquellas personas que tenían tan estrechas relaciones con sus animales de compañía, hasta el punto de considerarlos como uno más de la familia. Y esas personas solían ganar puntos en su ranking personal. - ¿Y sabes de alguien que pudiese querer algo de ella? Algún novio, ligue... no sé, cualquier cosa.
- No, no creo que nadie quisiera hacerla daño. Danielle no ha tenido novios estables, sí algún rollo de un par de fines de semana, pero ella se cuida mucho de juntarse con buena gente, créeme. De todas formas no descarto nada... estoy muy preocupada.
- Lo entiendo.
- ¿No tiene ninguna pista sobre su paradero?
- No, pero espero que tú me puedas ayudar. Quiero ir al gimnasio donde trabajaba y al resto de sitios que solía frecuentar, a ver si saco algo en claro. ¿Te importaría acompañarme?
- De acuerdo, ¿mañana?
- Sí, mañana a esta hora vendré a buscarte en mi coche.
Después de agredecerle el tiempo prestado y despedirse convenientemente hasta la mañana siguiente, Jean se unió al caótico tráfico de Paris para dirigirse de nuevo a la comisaria. No había sacado mucho en claro de la entrevista, pero el hecho de que Laura Ferrán conociese los ambientes por los que se movía la chica quizás ayudaría a la investigación. Mientras conducía, el inspector se detuvo a mirar un momento la foto de Danielle Lacroi que llevaba en el bolsillo de la chaqueta. Aquellos ojos verdes le pedían que la encontrara. Y lo haría, no le gustaba dejar los trabajos a medias, y sentía una extraña complicidad con aquella chica que adoraba a su gato. Aparcó cerca de la oficina. Tenía que investigar el resto de desapariciones que se acumulaban en los casos pendientes. Dedicaría a ello el resto de la mañana y toda la tarde, procurando no llegar demasiado tarde esta vez a la cena.
Nada más sentarse en su mesa, llena de informes y papeles, sonó el móvil. La voz de su mujer apareció al otro lado.
- Jean...
- Dime, cariño
- La voy a matar, Jean, la voy a matar, otra vez no ha ido al instituto. Y la han pillado fumando porros.
- ¿A Claudia?
- Sí, ya no se que coño hacer... la he encerrado en su habitación. Tienes que venir a hablar con ella y dejarle las cosas claras.
- Ahora no puedo, estoy trabajando. Que se quede en su habitación, y dile que tendremos una conversación esta noche, y seria.
- Esta chica me va a volver loca... Hasta luego
- Un beso, hasta esta noche.
El inspector ya no sabía que iba a hacer para que su hija asentara la cabeza. Era una chica tremendamente inteligente, muy guapa y con un gran don para tratar con la gente. Y le preocupaba que estuviera siempre en la calle, cuando si se dedicaba a estudiar seguro que podría ser una gran científica, o médico. Hizo un esfuerzo para conseguir pensar en los casos que se acumulaban encima de la mesa. Se organizó el resto del día para hablar con posibles testigos o compañeros de los desaparecidos. Así, esa tarde iría al cuartel de bomberos, y aprovecharía después para ir al restaraurante griego cercano a St. Séverin donde trabajaba otro de los desaparecidos. El resto los dejaría para el día siguiente.
Los posos del tercer café de la mañana le hicieron temer unos días difíciles, mientras miraba las fotos de las dos chicas que más le preocupan en aquel momento: la preciosa foto de su hija Claudia que descansaba sobre su mesa y la de la cautivadora Danielle, que asomaba por el bolsillo de su chaqueta.

15 julio, 2006

Miss. Granger

Tengo que reconocer que la primera vez que escuché la idea de un mago de 12 años, con gafas, y que jugaba a una especie de fútbol americano con escobas mágicas... no me atrajo demasiado. A mí que ya me consideraba un adulto (o casi) aquello me resultaba obviamente demasiado para niños. Lo que me empezó a sorprender es que le gustaba a demasiada gente (a muchas féminas, pero también a más de un macho). Así que me decidí a ver en la gran pantalla (si es que las salas de los multicines Guadalajara se pueden denominar así...) la tercera entrega de la susodicha serie, alentado por una fémina, todo hay que decirlo. Y para mi sorpresa, a pesar de que no había leído una línea de los libros y aún menos había visto a los personajes de carne y hueso de las dos películas anteriores, la historia no me desencantó. De hecho, la cuarta entrega, que ví al año siguiente, me empezó a intrigar sobremanera.

A partir de ahí no es que me haya convertido en un fan acérrimo de la saga, pero al menos ya me he leído los dos primeros libros (in English, of course) y he visto las tres primeras pelis en V.O. Y lo que más me atrae de todo es una señorita empollona y a veces impertinente que acompaña al protagonista (no tan afortunado en mi valoración de personajes) en las extrañas aventuras que le ocurren. Perdonen si se me puede tachar de asaltacunas, y tranquilos, que esperaré hasta que la señorita llegue a la mayoría de edad...

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Todo esto se junta con mi inminente fichaje por Hogwards, aquí todo esta relacionado...

27 junio, 2006

Reflexiones

Ya soy ingeniero, y eso es algo que uno no puede decir todos los días... Ahora espero tener más tiempo para escribir aquí, y seguir inventando historias que os entretegan (si es que lo consiguen, claro) y que me entretengan a mí.

Alguien dijo una vez que, cuando morimos, vivimos en el recuerdo de la gente. Cuando mueren, los escritores viven en sus libros, los músicos en sus partituras, los pintores, en sus cuadros, los científicos, en sus investigaciones... incluso los asesinos, en sus crímenes y los grandes ladrones en sus golpes. A veces creo con absoluta convicción esa teoría, que uno vive otra vida en la manera en que el resto de los vivos te recuerda. Que en el fondo sólo seremos un recuerdo. Y a veces uno lo único que desea es hacer algo por lo que la gente te recuerde...

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Fortune, fame, mirror vain, gone insane, but the memory remains - Metallica

10 junio, 2006

El laberinto de las entrañas de la Tierra - III

Sobre una pequeña mesa de madera vieja, situada en el centro del pequeño salón del apartamento, descansaba medio llena una botella de José Cuervo. Isabel Vega apuraba su enésimo chupito mientras un nuevo corrido sonaba por el destartalado cassette de su madre. Ella estaba ya mareada, pero su madre seguía bebiendo sin parar, quizás intentando volver a la tierra que le vió nacer, y que la abandonó tiempo después. Había sido un buen día para celebrar su 18 cumpleaños. Hacía mucho que no tenía unas vacaciones, y hacia mucho que no veía el mar. Habían estado cenando sardinas y cazón en el Tintero, junto a la playa del Palo, y ahora el mar de Málaga se tornaba más bello si cabe bajo la luz de la luna. El apartamento no era gran cosa, pero a través de sus ventanas se veían las olas, que era todo lo que ella quería.

- Amor, tengo algo para tí
- ¿Sí, mamita? - Creía que estaba empezando a ponerse borracha, y aunque tenía una gran complicidad con su madre, le resultaba algo incómodo.
- No he podido comprarte un buen regalo, lo siento hijita, pero tengo algo que te pertenece desde que naciste...
- ¿Eh?
- Tu padre me dió esto para tí. Supongo que fue lo único bueno que hizo desde que nos casamos. Pero eso es otra historia. Toma - Y de una bolsa que reposaba al lado del sillón sacó un pequeño libro, viejo, amarillento. - Es un recuerdo de familia. Tu papá me contó que había pasado por todas las generaciones de la familia desde hace muchos, muchos años. Yo no lo he leído. Espero que te guste, y que algún día se lo puedas dar a tus hijos.
- ¡Gracias mamá! Me gusta - Y espontáneamente, la abrazo

Dos horas después seguía sentada en el pequeño sofá, mientras su madre ya dormía, leyendo las páginas del extraño libro que había llegado a sus manos. Más allá de la historia, que contaba un aventura sobre una joven que se adentraba en un laberinto, en el que encontraba cosas maravillosas y terribles peligros, lo que le sorprendió fue que casi todas las páginas tenían anotaciones. La primera la firmaba Raúl Vega. Isabel casi lloraba cuando descubrió que hace casi 400 años un lejano antepasado escribía una líneas a su chica cuando regresaba de un peligroso viaje a las Ámericas. Después de todo, ella tenía un pasado. Cada página contenía un mensaje misterioso o conmovedor. Pedro, Rodrigo, Lucas o Marcos, todos antepasados suyos, hablaban sobre castillos, sobre la muerte, sobre vikingos, sobre caballeros... y ella no entendía nada, pero estaba conmovida, a pesar de que siempre se había considerado un chica fuerte. Aparentemente las anotaciones nada tenían que ver con la historia del libro, y eso hacía todo aún más interesante.

Terminó el libro, sin parar, a las 5 de la mañana, y terminó también la botella de tequila. Se sentía triste y eufórica al mismo tiempo. Cerró el libro lentamente y lo dejó sobre la mesa. Tambaleándose fue hasta el baño y vomitó. Luego, despacio, para que su madre no se despertase, salió a la calle. Le quedaban unas pocas horas de su cumpleaños, y sólo un par de días de sus vacaciones, antes de tener que volver a la montonía del supermercado de Madrid. Se acercó a la playa, se sentó en la arena y observó las pocas estrellas que la luz de las farolas del paseo marítimo le permitían ver. Siempre le habían cuativado las estrellas, y sobre toda la luna llena, cuando, en las noche nubladas de otoño, aparece tenebrosa entre un manto de nubes. La ciudad dormía tranquila y se podía escucha el ruido de las olas al romper en la orilla. El mar estaba en calma, como durmiendo después de un día duro de trabajo. Lentamente, Isabel se quitó la camiseta y los vaqueros, y se acercó a la orilla. El agua estaba fría aquella madrugada de Septiembre, pero no hay nada que no caliente un buen tequila. Comenzó a nadar mientras imaginaba que era aquella chica del medievo que avanzaba por los rincones de un oscuro laberinto.

22 mayo, 2006

De El Diablo y otros seres perversos

El otro día me comentaron que alguien había censurado el nuevo single de La Oreja de Van Gogh (y no termino de adivinar quien exactamente, aunque por lo que veo por aquí parece que tiene que ver con emisoras de radio sudamericanas). ¿Por qué se podría censurar un tema de esta banda? (gustos musicales aparte). Pues nada menos que porque dice "abrazaría al diablo sin dudar...", lo que para algunos es un mensaje satánico. Sin palabras. Lo primero, si es un mensaje satánico (que obviamente no lo es) pues muy bien, tampoco creo que pase nada. Y como comentaba un colega, si censuran a la Oreja por esto, ni pensar lo que puede pasar con grupos como La Polla... Curioso, el mundo cada vez estás mas loco... aunque bueno, nunca ha estado muy cuerdo...

18 mayo, 2006

Cthulhu for President

Hace poco recibí un mail de Lucas en el que su amigo Rod le mandaba esta simpática foto para mí. Todo un detalle, sí señor. Y que menos podía hacer que ponerla en el blog. Para quien no le sepa, este sujeto verde es Cthulhu (o Ktulu, admite varias formas de escribirlo). Creo que no he explicado nunca del todo los motivos del nombre de mi blog. El primero es porque me apetecía... jeje. El resto de motivos son varios: mis recuerdos de jugador de Rol, el juego del mismo nombre me fascinaba (a pesar de que, a día de hoy, no me he leído los relatos de Lovecraft, tarea pendiente.). Además, el susodicho juego provocaba la desconfianza de mi padre porque un niño de 11 o 12 años jugase a juegos de demonios y cosas similares... Para su alegría dejé esas cosas un poco después. Quizás fue cuando descubrí a Metallica, y su Call of Ktulu (no se queden sin oir el bajo de Cliff Burton). Y ese es otro motivo. El último, mi atracción por lo desconocido, por lo misterioso y por los secretos que guarda nuestro planeta Tierra. Y lo dicho, gracias por la foto! Saludos.

16 mayo, 2006

Viaje a la Alcarria

"La Alcarria es un hermoso país al que la gente no le da la gana de ir" Camilo José Cela
Así comienza el blog colaborativo, donde Hairanakh, Lucas, yo y quizás más gente que se apunte, hablaremos sobre la tierra que nos vio nacer, sobre esa tierra tan desconocida para tantos, tan olvidada a veces. La tierra de la miel (no compren imitaciones, por favor), del Tajo, de la arquitectura negra, de los castillos, de los mil paisajes...
Y quizás sea bueno que siga un poco olvidada, para no perder el espíritu de sus raíces, para que siga siendo tan rural como bonita e impredecible.
Os invitó a un paseo por la tierras de la Alcarria.

10 mayo, 2006

Rodeo

El laberinto de las entrañas de la Tierra - II

Sentado en su mesa de la comisaria de la policia de París, el inspector Jean Gonzalez apuraba las últimas horas de trabajo rodeado de informes manchados de café expreso. Sobre la mesa, una foto de su mujer, y de sus hijos Claudia y Jacques. Revisaba con detenimiento el último caso que había llegado a sus manos: la desaparición de una joven profesora de gimnasia artística. El informe no daba ninguna información relevante, había desaparecido hacía ya tres días cuando supuestamente volvía a su casa desde el gimnasio, entre las 9 y las 10 de la noche. La chica vivía sola, y la desaparición la había denunciado una amiga. Ningún novio conocido, ni ninguna deuda que saldar, y ningún antecedente. Lo más probable, algún secuestro de tipo sexual, demasiado frecuentes en los últimos años. La foto de la ficha mostraba a una joven castaña, de ojos verdes y sonrisa cautivadora. Quizás por eso Jean pensó en un primer momento que se trataría de un asunto de faldas. Al fin y al cabo, si secuestras a una jovencita, lo normal es buscársela atractiva. Por un momento Jean pensó que estaba imaginando demasiado, no tenía por qué tratarse de un secuestro. La chica podía haber decidido desaparecer de Paris sin avisar a nadie, por cualquier motivo personal. Siguió observando la ficha: Danielle Lacroi no tenía padres desde hace 5 años, cumplió 24 el mes pasado, compartía piso con un gato, un apartamento alquilado cerca del barrio latino. Lo mejor que podía hacer era hablar con la amiga de Danielle, Laura Ferrán, estudiante de periodismo, española. Jean sabía hablar español, como delataba su apellido, su padre había sido un restaurador navarro. Se decidió a coger el teléfono y llamar a la señorita Laura. Tras más de 10 tonos, una voz dulce pero cansada le contestó al teléfono. A pesar de su marcado acento español, el francés de Laura era casi perfecto.

- ¿Podemos quedar mañana por la mañana para hablar de este asunto?
- De acuerdo inspector, estoy muy preocupada por Danielle, llevo días sin dormir - La voz de la joven confirmaba que decía la verdad
- Hasta mañana entonces, estaré a las 10 en tu casa, y si te apetece le invito a un café
- De acuerdo, allí le espero
- Gracias por tu colaboración
- Qué menos puedo hacer
- Au Revoir
- Au Revoir, Danielle

A sus 54 años Jean solía sentirse como Danny Glober en Arma Letal, el típico policía a punto de retirarse que tiene que hacer sus últimos trabajos peligrosos. Bueno, en realidad, hacia tiempo que no hacía nada arriesgado, y quizás lo echaba de menos. Tampoco tenía la compañia de Mel Gibson. Siempre le gustaron las pelis de polis, y desde hace algunos años se identificaba con el papel de viejo policía. No parecía creíble compararse con el Will Smith de Dos Policías Rebeldes. Tenía ganas de volver a casa, hablar un poco con sus hijos, cenar y acurrucarse en su cama junto a su mujer. Eran una familia feliz, a pesar de los problemas de más de 20 años de matrimonio. Lo que más le preocupaba, las continuas salidas nocturnas de su hija Claudia. A sus 17 años más le valía centrarse en los estudios.

Dejó de pensar en ello para intentar concentrarse en la pantalla de su ordenador. A su lado, su compañero Gabriel apenas mantenía los ojos abiertos... Tantas horas en la oficina podían ser duras, era más ameno el trabajo de calle. Revisó los casos pendientes. Había un total de 6 desapariciones en el último mes, 3 supuestos homicidios por resolver y algún asunto menor, como varios robos en joyerías. Demasiado trabajo. Se concentro en las desapariciones. Eran más de las habituales. Un bombero, un estudiante de historia, un camarero griego, un profesor de tiro con arco, y la joven gimnasta. Miró cada uno de los informes. En ninguno había ningún motivo aparente para un secuestro. Todos vivían solos y tenían menos de 30 años. Y había un dato importante, en el que no había caído hasta ahora. Todos eran huérfanos. Curiosa coincidencia. Y las coincidencias suelen revelar datos importantes. Siguió investigando y observó que entre las fechas de las desapariciones había cinco o seis días de diferencia. Los datos empezaban a resultar interesantes.

Dos horas después Jean abandonaba la comisaría con muchos pensamientos en la cabeza y con la bronca asegurada de su mujer por llegar tarde a la cena. Mientras entraba en su nuevo Renault Megane, una tímida lluvia caía sobre las calles de París, despidiendo los últimos días de Septiembre.

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Espero que no os importe el cambio de época... es que es lo que tenía pensado! Pero cuando me atreva quizás escriba algo con mucho Pardiez y Voto a tal, de momento es para mí un género demasiado querido como para estropearlo. Saludos!

09 mayo, 2006

Estado: Currando en el Pefecé

Zazou sabrá por experiencia y Hairanakh, aunque le quede algo más lejos, que el pefecé se hace interminable... Parece que ya lo tienes todo escrito (después de meses de desarrollo, claro), pero aparecen, como de la nada, mil cosas que incluir: anexos, bibliografía... (que parecen cosas de poco trabajo, pero NO!!!) mil cosas que revisar, mil cambios de última hora, mejoras en el formato... Vamos, que tanto esfuerzo merece más recompensa que la nota entre 9 y 10 que dan a todos los proyectos (¿de que sirve sacarse un 9 si es lo mínimo que ponen?). Pero bueno, supongo que lo más importante es acabarlo de una vez y tener la tan deseada titulación. Menos mal que hay cosas buenas: el sentirse bien superando el reto marcado, y un gran compañero de trabajo (y de cervezas). Y lo peor de esto es que tengo que combinarlo con el trabajo, mis varios proyectos musicales, las preparaciones de la boda de mi hermano y las clases de inglés a las que debería ir algún día... Pero bueno, no voy a quejarme más, que al fin y al cabo todavía sigo siendo universitario, y ya se sabe lo que dicen de la vida del universitario... Si hago otro pefecé será de Reconocimiento Automático de Birras...

02 mayo, 2006

No todo está en las Matemáticas

Este va a ser el primer post de mi blog (y quizás el último), cuyo destinatario sea una única persona. La única que puede hacerme ver cuando he metido la pata hasta al fondo, y devolverme a la realidad, y la única que puede hacerme sentir totalmente orgulloso de lo que hago, enfráscandome en eso que llaman fantasía. Gracias a ella descubrí que ser diferentes puede ser una ventaja, que un libro te abre las puertas a mil mundos, que todavía queda esperanza, y por supuesto, que no todo está en las Matemáticas, aunque por una razón u otra, siga siendo mi ciencia preferida. Podría hablar de sinceridad, de compresión... y de todo ese tipo de cosas que quedan bien en estos casos, pero a veces me parecen que terminan siendo palabras vacías. Quizás es lo más importante que he aprendido de ella: que las palabras se llevan por dentro. A veces no importa si se dicen o no, lo importante es que estén ahí, para que aparezcan, como por arte de magia, en el momento adecuado.
No importa que la mayoría no entendáis nada de ésto, permitidme por una vez que lo que escriba sea unipersonal. Permitidme por una vez que sólo una persona puede entender mis palabras.

22 abril, 2006

El laberinto de las entrañas de la Tierra

26 de Noviembre de 1632, en algún lugar del Océano Atlántico
El tiempo ha empeorado y empiezo a sentirme enfermo. La vida abordo es tediosa y aburrida, y las tormentas ya nos han causado tres pérdidas de marineros. Menos mal que todavía no han aparecido esos piratas herejes de los ingleses. A veces pienso que no llegaremos a Cádiz. Por eso escribo esto. Para que sepas, mi querida Irene, que te he echado de menos. Echo de menos ver atardecer bajo la Alhambra. Cuánto nos costó recuperar nuestra tierra a los herejes musulmanes para que ahora la perdamos por la corrupción de nuestro gobernantes. Pero yo, a pesar de ser cautivo, debo lealtad a mi rey Felipe. Ansío recuperar la libertad prometida tras este viaje. Sabes que no soy un santo, y que más de una vez he tenido que matar para ganarme la vida, pero también sabes que soy inocente de los delitos que me inculparon. Aquí la gente es buena pero inculta. Soy el único marinero que sabe leer y escribir. Quizás por eso me traigo este libro que encontré en las indias, escrito en nuestro idioma. Lamento estropear las primeras páginas, pero no tengo donde escribir. Si alguna vez tenemos descendencia, querida, herederá estas hojas como tesoro familiar. Es una bonita historia de laberintos y seres legendarios. Tengo una herida en el costado que no termina de sanar, fruto de un lance con otro español, por cuestión de honra, más suya que mía. Pero echando mano de vizcaína derroté a mi oponente. No ha sido fácil este viaje, por eso, si no regreso, quería que tuvieras estas líneas. Y quizás te pueda contar algunos de los secretos del Nuevo Mundo.
Te amo
Raúl Vega
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Después de una semana en los borradores, aquí está, el nuevo relato. Como el otro, nace sin ninguna pretensión, sólo espero que os guste

Hasta luego

Hace ya 9 meses que empecé esto de trabajar, aunque sea como becario (que tiene algunas ventajas, pero también muchos inconvenientes... pero de eso quizás hable en otro momento). Cuando todavía estaba metido de lleno en la carrera, a veces pensaba que en el trabajo se tienen compañeros que van y vienen, que los conoces, pero que tampoco llegas verdaderamente a apreciar. Sólo son compañeros de trabajo. Como es obvio, estaba equivocado. En el trabajo tienes compañeros, y yo tengo la suerte de tener BUENOS compañeros, pero al final terminas teniendo amigos. Y terminas teniendo a gente a la que puedes echar de menos. Quizás por las 7 horas al día (como mínimo) que paso con ellos, por todos los cafés, comidas... o simplemente porque ya forman parte de tu vida. Primero se fue Denis (no el Lobo-Hombre en París, si no un chaval quizás más característico...), luego Rakel (que dura es la vida en la calles de Leganés...) y las semana pasada fue Ali (a que esperas, alé, alé). Y cuando más tiempo llevas con ellos más cuesta despedirse. Bueno, no hay que ser dramático, nos veremos de vez en cuando... pero supongo que habrá pequeños detalles que siempre se echarán de menos. Al fin y al cabo, en algún momento quizá no muy lejano, sea yo el que tenga que decir "Hasta luego"

19 abril, 2006

Una sombra bajo la lluvia - Comentario del autor

Para mí esto era un reto personal. Había imaginado historias, incluso había escrito partes de ellas, pero nunca había empezado y acabado una. De hecho, de esta historia lo primero que pensé fue el primer y el último capítulo. Al final estoy contento con el resultado. Y desde luego con todos los que lo habéis leído. Eso ha sido lo que me ha animado a darme prisa en sacar capítulos, a desarrollar la historia. Y no será la última historia. Habrá más, de este tema y de otros. Ya tengo algunas ideas, así que cuando tenga tiempo...
Pero en realidad el objetivo principal de este relato, y de los que vengan, era que me conocieseis un poco más. Todo lo que he escrito tiene una razón de ser, tiene algo relacionado conmigo. Todo los objetos, bebidas, grupos de música, personajes... los he puesto por algo, aunque algunas cosas no sepáis el porqué. Pero bueno, supongo que todos los escritores harán eso. Además, uno de los personajes que aparece en la historia es real...
Pues eso, que gracias a todos los que seguís mi blog, y que pronto habrá más relatos. Nos vemos, en el trabajo, en la escuela, en los bares, en Berlín, en tu casa, en la mía.... o donde estéis.
Salud y Rock & Roll