12 junio, 2008

Kongeriket Noreg


Estoy sentado sobre las tablas de madera del muelle y apenas si se oye la brisa. El calor es casi sofocante, extraño por estos lares, y mis ropas delgadas de lino son incluso demasiado para tanto sol mezclado con la humedad de un mar en calma. En el castillo todo está tranquilo. Los barcos descansan, con sus marineros sentados arreglando aparejos y armas.

Llevando una cesta con pan y salmón, una chiquilla pelirroja me guiña un ojo. Yo le devuelvo el saludo quitándome el sombrero. Se ruboriza y sigue su camino. Cuando vine por esta tierras sabía que iba a encontrar los más feroces guerreros, pero también las más bellas de las mujeres.


Cojo un poco de pan y de queso de mi bolsa, lo como tranquilo, que será toda mi ración de hoy. Mañana se izaran las velas y partiré, como un vikingo más, a buscar un nuevo mundo. Como el hijo ibérico adoptado por escandinavia para ampliar su extensa saga de valientes exploradores y marinos. Miro al reloj del muelle, que marca la hora del que nunca sabrás si será tu último viaje...


Os prometí unas fotos, y con ellas va mi pequeño homenaje a las lejanas tierras de los vikingos...

10 junio, 2008

I wanna sleep

Este ha sido aproximadamente el horario de mi lunes y martes de esta semana:

- De 9.00 del lunes a 00.30 del martes: TRABAJO
- De 1.30 del martes a 5.00 del martes: DORMIR
- De 5.00 del martes a 19.00 del martes: TRABAJO (con viaje a Santiago de Compostela incluido)

A las 19.00 del martes he decidido ponerme a leer blogs y a escribir esto. Se acabó el trabajo hasta mañana... Y porque me da la gana, no porque se haya acabado...

Al final Kyk iba a llevar razón y me explotan un poco... Todo sea por el vídeo y el audio digital...

05 junio, 2008

Navegando los fiordos

Estoy sentado junto a la ventana de un noveno piso. Un calor abochornante hace que esté casi desnudo, y que una botella de agua me acompañe a cada paso que doy. Estoy algo cansado. Quizás porque me cansa pensar continuamente en otro idioma. A pesar de que todavía tengo bastantes limitaciones en lo que a comunicarse en la lengua de los piratas se refiere, puedo decir a mi favor de que soy de los que cuando habla en inglés, piensa en inglés (o en algo parecido...).

Hace una media hora estaba un poco perdido en una calle en la que sólo había prostitutas. Tres o cuatro, no más. Y hace algo más de una hora estaba en un lugar maravilloso. Un muelle de madera junto a las murallas de una antigua fortaleza, comiéndome un helado de chocolate que me ha sabido a gloria, y rodeado de mucha gente que a veces parece venida de otro tiempo.

Como la ciudad. Quizás me había hecho otra idea. Casas bajas tradicionales a la vez que modernas, todo pulcro y perfecto. Y no era así. Más bien parece un ciudad salida de hace 50 años, con edificios más cercanos a los años 20 que al siglo veintiuno, e incluso cierto desorden urbanístico. Eso sí, con un ambiente más que cosmopolita, un poco bohemio quizás también, y totalmente pacífico y desenfadado. Y unos parques de ensueño, donde a nadie le importa enseñar el torso desnudo o el bikini, y disfrutar de un sol que hoy pega realmente fuerte.

Pero como os contaba, hace una hora estaba en un muelle, mirando al mar, mirando zarpar los barcos y el revolotear de las gaviotas. Y justo en ese momento he querido dejarme crecer el pelo para siempre, hacerme trenzas en la barba y, espada y escudo en mano, subirme al primer drakkar que atraque en el puerto.

El sábado, cuando haya regresado a Iberia, quizás os pueda colgar alguna foto de este otro mundo.

03 junio, 2008

El síndrome de Willy Fog

Este mes me he prodigado poco por aquí, y no por falta de ideas, si no más bien porque a los días les faltan horas. Tengo pensadas historias, reflexiones, miedos y esperanzas para contaros, pero empezaré por algo más fácil, que es contaros que ha sido de mí, para los propios y extraños, para los que hace que no saben donde paro y para los que están cansados de escucharme.

Hace unas tres semanas, mientras me preparaba para sentirme estrella del rock por un día, teloneando a Rubén y Leiva - los chicos de Pereza - en un escenario más grande que muchos bares donde he tocado, mi empresa me comunicaba que me mandaba a vivir 3 meses a Dubai, allí por los Emiratos Árabes Unidos. Tras una semana extraña, con ilusiones, miedos, discusiones y pocas horas de sueño, rechacé el viaje. Por diversas razones, las más personales, y que no viene a cuento contar aquí. Perdí una oportunidad, pero creo que gané otras...

Este fin de semana me perdí el que sería mi tercer concierto en el mismo año de Mr. Hetfield & Cia - los chicos de 'Tallica -, por tener otra cita teloneando a un clásico, los Reinci (dentes). Cita que se suspendió por una impresionante tormenta sobre La Alcarria...

Siguiendo mi creciente afición de Willy Fog, mañana vuelo hacia Oslo para hacer una demo a unos "partners", el martes que viene voy a visitar a un cliente a Santiago de Compostela (y a comer pulpito) y la semana siguiente quizás vaya de camino a Lisboa.

Poco más que contar, que creo que es suficiente. Sólo que ya tengo 24, y que he llegado por segunda vez el primero a la oficina. Y eso está bien, porque los días en los que no me da tiempo a dormir son los que han dado mucho de sí...