02 mayo, 2006

No todo está en las Matemáticas

Este va a ser el primer post de mi blog (y quizás el último), cuyo destinatario sea una única persona. La única que puede hacerme ver cuando he metido la pata hasta al fondo, y devolverme a la realidad, y la única que puede hacerme sentir totalmente orgulloso de lo que hago, enfráscandome en eso que llaman fantasía. Gracias a ella descubrí que ser diferentes puede ser una ventaja, que un libro te abre las puertas a mil mundos, que todavía queda esperanza, y por supuesto, que no todo está en las Matemáticas, aunque por una razón u otra, siga siendo mi ciencia preferida. Podría hablar de sinceridad, de compresión... y de todo ese tipo de cosas que quedan bien en estos casos, pero a veces me parecen que terminan siendo palabras vacías. Quizás es lo más importante que he aprendido de ella: que las palabras se llevan por dentro. A veces no importa si se dicen o no, lo importante es que estén ahí, para que aparezcan, como por arte de magia, en el momento adecuado.
No importa que la mayoría no entendáis nada de ésto, permitidme por una vez que lo que escriba sea unipersonal. Permitidme por una vez que sólo una persona puede entender mis palabras.

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