10 agosto, 2006

Las cosas más triviales se vuelven fundamentales

Ya lo decía Enrique Bunbury (...y Benedetti...).
Nunca había estado tanto tiempo sin unas buenas vacaciones (y por buenas me refiero a al menos 15 días para hacer lo que me de la gana). Y parece que la cosa se va a alargar hasta el verano que viene. Y estando un mes de Agosto casi recluido en la capital alcarreña, con no demasiado tiempo libre (quién iba a pensar que hubiese tanto trabajo en verano!), las cosas del día a día se vuelven claves a la hora de enfundar una sonrisa.
Las risas con mi hermano pródigo sobre si regamos las plantas. Los temores de mi hermano, compañero de trabajo y de viajes de encontrarnos al Tupi (un profesional del acople en el autobus, un depredador de no dejarte dormir...). Las charlas telefónicas con mi chica. Las cervezas en la Fuente con los colegas ("A las 8 y media en la puerta de la autoescuela..."). La casi radiofónica Escape (de 'Tallica) sonando por los altavoces de mi mesa, lo suficientemente alto para escuchar los detalles, pero lo suficientemente bajo para que no se quejen por aquí... El del restaurante asiático que nos trae la ternera al estilo Thai, y el cordero al estilo mongol. Hacer la maleta para pasar 2 días en Motril (mi otra tierra). Leer a Holbeist, o a Morgan. Terminarme La Catedral del Mar, que al final, tras un comienzo titubeante, me ha gustado. La charla messengeriana con Raquel. El pensar donde estarán Sebas, Kyk, Jose, Silvia y los demás (esto parece de Amaral... Silvia esperemos que en China, y no en Korea, Filipinas o Sri Lanka). La luna llena.
Pequeñas cosas. Pequeños detalles. Pequeños sueños. Los podría estar relatando hasta que esto se hiciese un post interminable. Pero esto no será más que un pequeño post. Un pequeño post medio olvidado entre los calores del verano, el sueño que me vence cada tarde, y unas "vacaciones" descafeinadas... En cualquier caso, nunca pierdo la oportunidad de poder enfundarme una sonrisa. Ya lo dijo Juan Bosco (¿o Domingo Savio?). Qué coño importa, lo importante es procurar estar siempre alegre.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

SANTO Domingo Savio. Que era el patrón de mi cole. Siempre alegre. Gran tipo. Una pena lo que le hicieron los sarracenos :P

Anónimo dijo...

lo que es la vida.Yo ando buscando trabajo para tener dinero y hacer algo con mi agosoto interminable en la capital alcarreña...si se pudiera,te daba un caxito de mis dias para que hicieras loq quisieras y pudieras disfrutar de esos detalles nuevamente.No pierdas la sonrisa txus,que tú vales mucho!


1beso :)

Anónimo dijo...

San Juan Bosco, patrón y nombre de mi cole, sí que sabía lo que decía el hombre.

No sabéis cuánto os voy a echar de menos...

Espero que vayáis todos a Alcobendas y podamos disfrutar de nuestras típicas comidas (sin tupper) y de nuestras charlas "sin sexo" xD.

Un saludo ex-becado.

Gerthalas dijo...

Siempre alegres... eso está bien. Buscar tiempo para una sonrisa es fundamental en los tiempos que corren. A ver si te echas menos siestas y sigues con tus relatos, que estoy esperando a continuar leyendo...

Un abrazo y buen verano!

Lucas dijo...

En algún momento escribiré en Cartas toda la verdad sobre las discusiones sobre el regado de plantas...

Pero eso sí, es una gozada pasar este verano sin vacaciones juntos, riendonos de lo divino y lo humano...

Anónimo dijo...

... eliminando los moldes del azar ...

Poco a poco iremos regresando todos para animar lo que queda de Agosto. Yo de momento estoy pidiendo pista en Barajas.