28 marzo, 2006

Images & Words

Para mi, el mejor. 'El chino' le llama mi padre. Y su nombre real: John Myung. Me encantan sus líneas de bajo. Y cuando le ves tocar, parece que no está haciendo nada, lo hace sin ningún esfuerzo. Sobrio en el escenario, pero tremendamente eficaz. Un genio de las 6 cuerdas (casi siempre utiliza bajos de 6...), y un tio muy tímido también. Una vez me hice una foto con él. Fue en Madrid Rock, hace unos años, y no cabía en mí de mi gozo. Fue la única foto del carrete que no salió. Cosas de la vida. Mis amigos siempre me recuerdan aquel: "Eh! John! A photo, please..." Gran concierto fue también aquella noche en la Riviera y otra tiempo después en La Cubierta. Los Theater nunca dejan de soprenderme. Y el bajo de la foto, el Yamaha RBX 6JM, de los más bonitos que he visto.
Now it is time to see how you died. remember that death is not the end, but only a transition. - Fatal Tragedy (Dream Theater)

24 marzo, 2006

El llanto de una madre

A veces siento que la tierra llora... a veces siento que tiemblan las montañas, que los lobos aúllan su tristeza, los ríos se quieren secar, que la lluvia se declara en huelga... A veces creo que la Tierra esta mortalmente herida, y que no hacemos nada por evitarlo. Y que no hago nada por evitarlo. A veces parece que quedan menos rincones donde el hombre y la naturaleza sean uno. Yo apenas he podido estar en unos pocos... A veces deseo que no hubiese ciudades. Y me imagino viviendo en un casa en lo alto de un gran arbol, en la inmensa profundidad de un gran bosque. Por eso me gusta escaparme, aunque sea muy de vez en cuando, a buscar un rinconcito donde la Tierra no se lamente, donde el viento sople libre y las aves vuelen a sus anchas. Y descubro que todavía quedan sitios, pero pocos... muy pocos. Y pongo la mano en el suelo tratando de acariciar a mi otra madre, a la Madre Tierra, para que no se sienta tan sola.

Haven't you seen? The ruins of our world... - Ice Queen (Within Temptation)

23 marzo, 2006

Una sombra bajo la lluvia - IX

La noche había caído sumiendo la pequeña habitación en la más absoluta oscuridad... Pero había sido incapaz de dormir. Quería aprovechar sus últimas horas pensando... porque ya había asimilado que eran sus últimas horas. Pensó en sus padres, pensó en su hermana... y pensó que la echaba de menos. Pensó en el camión que la pasó por encima hace ya casi diez años. Aquel hombre se suicidó poco después, desolado... Y pensó que pronto quizás vería a los dos. Si es que había algo parecido a otra vida. Nunca creyó en nada... Bueno, sólo cuando era pequeño y le fascinaba como Noe metía a todos los animales en una arca. Quizás por eso le gustaban tanto los barcos. Pensó en todos los sitios donde no había ido... y donde nunca iría. Nunca vería un lobo en Alaska, nunca vería a un lobo cantarle a la luna... Como en Pocahontas. Pensó en su infancia, y luego en su adolescencia. Pensó en el primer beso, con Ana, aquella chiquilla del colegio. Y en la primera vez... ¿dónde estaría Miriam? Era una virtuosa del piano, y por lo poco que sabía ya de ella ahora vivía en Austria. Y sólo habían pasado cuatro años. Pensó en el concierto de los Red Hot que se iba a perder... y pensó en los amigos que perdería. ¿Dónde estaría Jamal? ¿Estaría bien? ¿Estaría vivo? Pensó en lo que le gustaba correr bajo la lluvia, sentirse libre, subir a una montaña y gritar al mundo que era libre... Pensó en Sara... él la había metido en esto, era su culpa. No se merecía lo que le iba a pasar. Si ella sobrevivía a aquella noche no iba a ser feliz el resto de su vida... Pensó en que le gustaba. Le gustaba como sonreía. Y estaba buena... Pensó horas y horas, enlazando pensamientos, sueños, recuerdos. Pensó que se iban a quebrar sus frágiles alas de cristal. Y se sorprendió a si mismo con lagrimas en los ojos. Un llanto silencioso que le hacía ser más desgraciado... Y no pensó en Innombrables, ni en idiomas extraños, ni en cometas, ni siquiera en sacrificios... ¡Que coño importaba eso ya!
Sara tampoco había podido dormir, se movía en su rincón lentamente, callada, intentado que él no se diese cuenta de que llevaba horas llorando. Y no podía parar. No quería ser violada por a saber cuantos hombres, mientras su amigo se desangraba en alguna clase de sacrificio... Y no quería perder su vida. No quería perder su alegría, sus amigas, sus clases de Historia, sus viajes y sus recuerdos... no quería perder su belleza. ¿La dejarían vivir? Que más daba... estaría muerta de todas formas. Nunca había pensado en suicidarse... y se dijo a si misma que no lo haría, pasase lo que pasase. Y pensó que se le estaba yendo la cabeza. "Quizás esto sólo es un sueño... quizás despierte en mi cama y nada de esto haya pasado". Pero en el fondo le había apasionado todo esta historia. Le gustaba la aventura, le gustaba lo desconocido... y por un momento pensó que todo no acabaría allí.
Y Lucio pensaba lento, igual que hablaba, porque tenía toda la vida de experiencia, y porque no era la primera vez que iba a morir. Así que sus pensamientos se repetían. Ya le daba igual todo. Sólo le importaba aquel chico inocente que iba a morir esa noche... y seguía buscando una forma de matarlo antes de que le sacrificaran... le haría un favor a él y al mundo.
Y en algún lugar de la carretera, Jamal escuchaba a los Five Horse Johnson (Isa había cambiado la cinta después de cansarse de tanto rap...) mientras sujetaba la pipa con sus manos pensando que coño haría con ella. El no era un tipo duro del Bronx... lo parecía, y a veces le gustaba aparentarlo, pero no lo era. Era sólo un negro que jugaba bien al basket. Iban a un pueblo de Galicia por la indicación de un profesor de Física, que nada sabía de sectas ni de monstruos. ¿Qué probabilidades había de que allí estuviesen Marco y Sara? Era absurdo... ¿Y que iba a hacer allí? Eran sólo dos. Lo mismo se encontraban con la policia lamentándose por haber seguido una pista falsa. Bueno, dudaba bastante que allí estuviese la policía... tendrían mejores cosas que hacer, una llamada anónima no les confirmaba nada. Por lo menos estaban haciendo lo que podían, y eso le consolaba... Todavía tenía algo que decir si seguía sintiendo el ritmo en el cuerpo. Y por lo menos tenía buena compañía.
Isa estaba concentrada en conducir, no se le daba todavía muy bien. Y se preguntaba que cojones hacía metida en todo esto. "Haré una canción sobre esto... un corrido de los que le gustán a mamá. Se la grabaré y se la daré con una flor. Y las dos lo celebraremos con tequila, que ya hace mucho que no nos contamos intimidades..." La madre de Isa cumplía todos los tópicos que se le pueden poner a una mexicana. Y era adorable. Isa le agredecía por dentro cada día que la ayudase a seguir adelante, aunque nunca la decía nada.
- Ehh! Hijo de puta! - Un audi que adelantaba por la derecha la sacó de sus pensamientos.
- ¿En que pensabas, hermana?
- En fumarme un buen canuto, hermano... ¿porque me llamas hermana?
- Porque me caes bien...
- Eso está bien... Bueno, en realidad pensaba en mi mamá.
- Tu madre también me cae bien.
- Y tu a ella, hasta que se entere de que me vas a llevar a la playa...
- Si salimos de esta...
Y de nuevo el silencio. Ya faltaba poco para que amaneciese. Jamal cogió el mapa de carreteras pensando por donde podían ir más rápido... mientras la radio seguía escupiendo blues.
No muy lejos de allí, Sara dejaba de llorar, porque sentía unos ojos clavados en los suyos...
- ¿Qué tal estas Sara?
- Bien... no te preocupes por mí ¿y tú?
- Pensando como salir de esta...
- ¿Tú crees que hay algo que hacer?
- Siempre hay que tener esperanza.
- Me gusta como eres, Marco.
- Gracias.
Se quedaron callados otra vez en la oscuridad. Los primeros rayos del día apenas se notaban por la pequeña ventana enrejada. Sólo se oía murmurar al anciano.
- Oye.... Sara...
- Dime
- Si salimos de esta... querrías quedar conmigo, no sé... para tomar algo, o dar una vuelta... no sé... o ir al campo...
- ¿Me estás proponiendo una cita?
- Puede ser...
- Me lo pensaré hasta mañana... pero no me parece mala idea.
Y de nuevo aquella sonrisa que tanto le cautivaba apareció en los labios de Sara, aunque él apenas podía verla.
Y minutos más tarde el sol ya había dado paso al nuevo día, y quedaba cada vez menos para la noche del cometa...

Wannabe

¿Sabéis que es una maravilla? No... no es nada de sexo, ni una jugada de Zizou o de Michael Jordan, ni un Ferrari (o similar), ni un solo de guitarra de Steve Vai... NO.
Una maravilla es ver un concierto de las Spice Girls en calidad D1 (vídeo digital sin comprimir, más de 200Mb/s en definición estándar si no calculo mal) en un monitor profesional (muy profesional), en este caso uno de Scientific Atlanta. ¿A mi también se me ha ido la pinza? Bueno, quizás un poco, pero después de estar meses encerrado en una sala llena de racks con codificadores AVC y MPEG2, descos diversos, monitores, betacam, D1... y un montón de equipos raros de los que hace no demasiado apenas sabía de su existencia... pues uno empieza a cogerle el gustillo a eso del vídeo. Y después de hacer diversas pruebas subjetivas, y ver las mismas secuencias de Djalminha, de Cocu y de las Spice Girls miles de veces (alrededor de las 2000 en menos de una semana allá por Diciembre, contadas, va en serio), pues a uno le gusta ver imágenes de calidad. Y ese concierto sin comprimir es una de ellas. Cómo se aprecian los detalles de los vestidos de las señoritas Spice!!! y aunque las he visto mejores, tampoco están mal las tías!!! la única pena es que todavía no he visto la cinta con audio...
Bueno, después de este rollo me gustaría poner fotos de mi rinconcito de los racks, pero por aquello del espionaje industrial... Quizás para otra ocasión.
(Para los de TID os invito a mi rinconcito a ver el vídeo en cuestión, que con el nuevo monitor se ve que te pasas! el anterior (SONY) estaba ya un poco cascado... Además, ya sabéis que allí tengo colchón y toda clase de comodidades...)

22 marzo, 2006

A la hoguera

Hairanakh ya ha comentado algo sobre este tema en uno de sus posts, y viendo yo otra noticia sobre el tema me veía en la obligación (o me apetecía), hacer un comentario al respecto. Como muchos sabréis, una obra de Leo Bassi esta sufriendo serios problemas para su interpretación por presiones de grupos y colegios católicos, además de que ha perdido su financiación... Se supone que la obra es una blasfemia... El caso es que a la entrada de una representación, se produjo un enfrentamiento entre los que iban a ver la obra y los grupos contrarios: los primeros gritaban "libertad de expresión" y los segundos "A LA HOGUERA!!!"...

Pero vamos a ver!!! como un grupo de gente puede gritar "a la hoguera" por una representación teatral??? quieren la vuelta de la Inquisición??? no sé... el grito de "libertad de expresión" me parece bastante más correcto. A mi Leo Bassi me da exactamente igual, no veo su obra ni bien ni mal. Pero a quien no le guste, que no la vea y punto. No creo que haga daño a nadie... Es que al final el extremismo religioso tan frecuente en el mundo islámico (por desgracia...) se nos va a pegar aquí en España...
Esto no deja de ser una anécdota, pero es que uno ya empieza a estar cansado de que a la gente se le vaya tanto la pinza...

18 marzo, 2006

Una sombra bajo la lluvia - VIII

Jamal había despertado en la habitación de aquel hostal y apenas recordaba nada de la pelea, ni siquiera sabía que hora era. Había sangre por el suelo, y no toda era suya... Tenía una herida en la cabeza que había cubierto de sangre su sudadera de los Raptors. Pero estaba bien, al menos con la cabeza en su sitio. Le preocupaba más si Marco y Sara se encontraban bien. Parecía que nadie en el hostal se había enterado de lo sucedido, así que se marchó de allí como pudo. De hecho, ni siquiera había recepcionista...

Lo que necesitaba saber era donde se los habían llevado, tenía que hacer lo que fuese por averiguarlo y pensar qué hacer después. "Concentrate, hermano, piensa... Me preguntaron por un cometa... creo que sé quien me puede ayudar." Después de curarse la herida como pudo y ponerse ropa limpia en su piso, cogió el móvil y llamó a Nicolás López. Nico era el padre de un amigo del basket, y era un apasionado de la astronomía. Profesor de la Física en Teleco, sorprendía su capacidad para conocer todos los cuerpos celestes, su forma, sus nombres, sus relaciones mitológicas... Cuando Jamal le preguntó por el cometa, Nico no dudó en decirle:

- Al norte de Galicia, en el pueblo de Ribanova, quizás te puedan decir algo...
- ¿Como sabe usted eso? - preguntó Jamal sorprendido
- Todo está en las leyendas... y ahora no pierdas el tiempo, el cometa se verá mañana
- Muchas gracias, Nico

Después de colgar el teléfono ya había decidido viajar para Galicia esa misma tarde, pero necesitaría ayuda. Y quizás Isabel le podía ayudar. Isa era una chica mexicana, aunque no recordaba nada de su país. Tenía 19 años, era morena, no excesivamente guapa, pero si muy atractiva y con un cuerpo de los que cautivan con su movimiento... Y, como ella misma decía, Jamal era su rollo, "porque siempre está bien echar un polvo de vez en cuando". Y además se llevaban muy bien. Isa vivía con su madre en un apartamento pequeño y muy humilde, y ahorraba casi todo lo que ganaba trabajando en el supermercado para poder visitar México con su madre otra vez, pues ella añoraba su tierra.

Jamal sabía que no estaría en su casa, si no en el local de ensayo de su grupo de música. Siempre estaba allí cuando salía del trabajo, aunque fuese sola. Y allí la encontró. Estaba de pie, tocando una vieja Fender Telecaster, muy poco cuidada, pero que sonaba a puro rock en las manos de la chica.

- Hola negro - Isa estaba riendo
- Hola, veo que te conservas bien...
- ¿Me vas a proponer algo?
- Bueno, no te va a gustar mucho, pero necesito tu ayuda.
- No hay problema, cuéntame...

Jamal le contó toda la historia con detalle. Isa le escuchaba atenta sentada en su amplificador, jugando con un micro en las manos, y sujetando un porro con los labios. Miraba a Jamal sin desviar ni un momento la mirada. La verdad es que le atría bastante.

- Tenemos que salir para Galicia esta misma tarde.
- De acuerdo, espero que pagues bien... - Isa no perdía la sonrisa a pesar de la gravedad de la historia.
- Llamaremos antes a la policía y les contaremos el asunto a nuestra manera. Quizás los maderos nos puedan ayudar en algo, aunque hay que recordar que Marco y Sara están buscados por la muerte del profesor de historia.
- Lo que tu digas...

Y así lo hicieron. Dos horas más tarde salían camino al pueblo gallego, Isa conduciendo el viejo Renault de su madre, y Jamal acariciando la pistola que Isa había conseguido. También llevaban varias armas blancas, algo de dinero, y poco más.

- Espero que esto salga bien, Jamal
- Si sale bien... ¿te puedo invitar a unos días en la playa?
- ¿Tú y yo?
- Claro, tía
- Ummm... entonces saldrá bien, nunca he hecho el amor en la playa. Y menos con un negro.
- Ni yo con una mexicana... ¿Puedo poner algo de 50Cent?
- Vale, aguantaré las rimas por un rato.
- Espero que estén bien...
- ¿Qué vamos a hacer cuando lleguemos al pueblo...?
- No lo sé... No lo sé... Espero que la policía nos haya tomado en serio y también les estén buscando. - Todavía le dolía la cabeza, y apenas podía pensar.

Y durante la hora siguiente nada mató el silencio salvo las rimas de 50Cent. La noche caía ya sobre la carretera, y todavía les quedaba mucho viaje...
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Voy a dedicar este capítulo a la cerveza de Gerthalas de ayer y a todo lo demás, gracias amigo!

12 marzo, 2006

Ayer, 11M

Yo no consigo poner palabras a lo que no las tiene. No hay palabras para expresar ciertas cosas. Otros, con gran acierto, si han conseguido ponerlas: Hairanakh, Lukas, Zazou...

Let's Rock

Ayer fue una tarde de Rock & Roll, faltaron sexo y drogas (a menos que la absenta se considere droga, claro... jeje), pero estuvo llena de puro rock: de Walk This Way, de So Fuckin' What, de As I Am... de Steven Tyler, James Hetfield, Noel Gallagher, James LaBrie...
Pocas cosas hay mejores que una fiesta entre amigos, que unas pizzas, unas risas y buena música. Y que mejor sitio para el rock que la guarida de Cris. Ya de paso os animo a que os paséis por su Flog (¡que bien suena eso de flog!), porque nos obsequia con una fotazo musical cada día, y es de los que conocen más grupos casi de los que existen... Como los Dr.Feelgood, gran descubrimiento de ayer. El resto de la noche fue para presenciar un triste partido de los galácticos... pero para pasar un buen rato en nuestro amado rincón: el PI.
Habrá que repetirlo más a menudo!!! "This is a song about your fuckin' mother!!!" Gracias, friends!

09 marzo, 2006

Una sombra bajo la lluvia - VII

Estaba apoyado contra la fría pared de piedra de los sótanos de un castillo, las manos atadas en la espalda, y con el miedo en sus ojos... Delante de él se alzaba un ser de unos 3 metros de altura con tentáculos como brazos y piernas, con feroces mandíbulas, que siseaba como si hablase. Y él le entendía: "Ven a mi, tu tiempo a llegado". Buscaba un sitio por donde escapar, pero no lo había, y las fuerzas no le daban para más... Entonces cerró lo ojos y asumió su destino. Los abrió al momento para comprobar como el extraño ser estaba a punto de devorarlo, sus colmillos se acercaban, sentía ya su aliento en su cara. Era el final.
Entonces despertó sobresaltado, sudando. Había sido un sueño, pero demasiado real. Y lo peor era que la realidad no era mucho más acogedora. Estaba tumbado en una pequeña habitación de piedra, las manos y los pies atados. Le dolía la cabeza como si estuviese a punto de estallar, y se dió cuenta de que su ropa estaba llena de sangre reseca. Y no estaba solo. En otro rincón de la habitación estaba Sara, dormida o sin conocimiento, también atada, con el pelo tapándola la cara. Y había alguien más. En el rincón más oscuro de la sala había otro hombre, con largo pelo blanco, y la piel envejecida por la edad, que lo miraba fijamente con unos penetrantes ojos azules. Parecía un mendigo. Un pequeña ventana enrejada daba al exterior, pero apenas entraba más que un hilo de luz.
- Así que eres tú...
- ¿Qué?.... ¿Qué nos ha pasado? ¿Sara está bien?
- Sara debe de ser ella...
- Sí
- Estará bien, sólo la habrán drogado, pronto despertará. - El hombre hablaba despacio, como midiendo sus palabras. Hablaba como los que tienen toda una vida de experiencia. Hizo una pausa.
- Así que eres tú...
- ¿Quién?
- Él que andaban buscando. Y te han encontrado. Ójala Robert te hubiese matado cuando tuvo la oportunidad...
- ¿Quién es Robert?
- Robert... Robert Brown. Matemático, 41 años y con una hija de 15. Divorciado. Y uno de mis mejores amigos. Desapareció cuando iba a matarte. No supimos nada más de él. Estará muerto. Yo quise terminar el trabajo, pero también dieron conmigo... y supongo que les parecí demasiado viejo para matarme a sangre fría.
- Sí, creo que Robert está muerto... si es el cadáver que encontré en la puerta de mi casa.
- Pobre Robert...
- ¿Por que coño queréis matarme? - Interrumpió Marco, estaba nervioso y asustado, y aquel hombre podía conocer la respuesta a todas las dudas que tenía, y sobre todo, donde demonios estaban...
- Para que ellos no os encuentren antes.
- ¿Ellos?
- Los que adoran a los Innombrables... Como tantos otros, no sabrás por qué te buscan, ni sabrás por qué debes morir, para salvar a la humanidad o para acabar con ella. Como tantos otros, no sabrás nada. Escucháme con atención, porque será la última vez que alguien te explique el motivo de tu muerte...
Un escalofrío recorrió su cuerpo. Parecía que ya estaba predestinado a morir joven... Y haciendo un esfuerzo escuchó al anciano. Porque quizá fuese de verdad la última vez...
- Hay hombres y mujeres que nacieron de Ellos. Son humanos, pero al nacer, desde el principio de los tiempos, hace miles y miles de años, heredaron parte de los Sin Nombre, que descansaban en las profundidades de la Tierra. Nadie más se puede comunicar con ellos, nadie más puede entenderles y nadie más puede nombrar sus nombres. Robert, yo y unos pocos más, muy pocos para lo grande que es el mundo, somos los encargados de velar por la continuidad de la especie, de velar porque Ellos no vuelvan a despertar. Así lo han hecho nuestros predecesores desde hace más de mil años. Nunca pudimos acabar con los adoradores de los Sin Nombre, porque son demasiados, y Ellos pueden controlar la voluntad de demasiadas personas, aunque todavía sean débiles en su letargo. Así que decidimos encontrar a aquellos que heredaron la semilla de los Innombrables, y matarlos. Pocos quedan ya...
- Yo heredé algo de esos monstruos...
- Nadie sabe sin son monstruos, quizás sean bellos... pero sí. Tu tienes su semilla en su interior.
- Pero yo no he hablado nunca con ninguno...
- Quizás eso es lo que no sepas...
- ... a menos que...
- ¿A menos que...?
- Varias veces, desde que tenía doce años, he soñado con seres raros, que se comunicaban conmigo... pero eso fue sólo dos o tres veces, y por supuesto no le dí importancia, era un niño fantasioso... pero acabo de volver a tener uno de esos sueños.
- Entonces no se han equivocado... eres uno de ellos. Y por fin te han encontrado después de tanto tiempo. El fin de nuestros días ha comenzado... A menos que consiga matarte antes de la noche de mañana.
- ¿Qué pasa mañana?
- Que serás sacrificado, es la noche del cometa... la noche elegida para su retorno. Un Sin Nombre volverá mañana a la vida... Por eso no intentaron hacerse contigo antes. Querían esperar a que fuese el momento oportuno, para que no tuviésemos tiempo para reaccionar.
Entonces la puerta se abrió. Entraron dos hombres: uno moreno y alto, parecía árabe y tenía una mirada penetrante. El otro era pelirrojo, bajo comparado con su compañero y muy ancho de espaldas.
- Calla viejo!!! - Dijo el pelirrojo, su voz era fuerte. Marco se asustó - Parece que ya has despertado... Bien... Disfruta de tu último día encerrado en esta habitación, y reza tus plegarias si lo deseas. Y parece que también se despierta la puta...
En la otra esquina de la habitación Sara estaba ya despierta, pálida y desconcertada.
- A mi podéis matarme, pero ¿que vais a hacer con ella? No la necesitais para nada... dejadla marchar!!!. - Había sacado el poco valor que le quedaba para hacer frente al siniestro personaje.
- A ella la violaremos para celebrarlo...
- Hijos de...
Pero antes de que pudiese terminar una fuerte bofetada le tumbó de nuevo en el suelo.
- Así estás mejor, callado. Te mataría ya mismo si pudiera, pero lamentablemente tendré que esperar a mañana. Ardo en deseos de ver tu cuerpo desangrarse... me ha costado mucho encontrarte, y recibiré mi recompensa.
Entonces se giró hacia el hombre árabe y le habló. Pero no habló en castellano, ni inglés, ni francés, tampoco parecía un dialecto árabe... no parecía siquiera una lengua humana. Ambos salieron y cerraron la puerta a sus espaldas.
- ¿Donde estamos?- Sara estaba conmocionada, seguía palida y con los ojos llorosos.
- En algún lugar esperando nuestra muerte, querida. - Respondió el anciano - Al menos creo que seguimos en España, por lo poco que sé...
- ¿Quién es usted?
- Su amigo se lo podrá explicar más tarde... Mi nombre es Lucio. Y no me llames de usted...
Marco estaba como en otro mundo.
- ¿Estás bien?. Estás lleno de sangre... - Sara le miraba
- Debe ser del golpe que me dieron en aquel hostal... Estoy bien dentro de lo que cabe. Pero...
Se quedo callado casi medio minuto
- ¿Pero... qué? Dime Marco...
- He entendido lo que han dicho...
- ¿Qué? ¿Cómo has podido entender eso?
- No lo sé...
- ¿Y que han dicho?
- No tenía importancia...
Sara decidió no preguntar más. Se quedó callada intentando retirar el pelo de su cara. El anciano meditaba en su rincón. Después de unos minutos de incómodo silencio, ella habló.
- Gra... Gracias...Muchas gracias por enfrentarte a él por mí. Te has ganado una buena bofetada por mi culpa.
- No te preocupes... No quiero que nadie te haga nada!
- Gracias - Sara de nuevo se estaba aguantando para no llorar
- Es una pena, es una pena. - Lucio había vuelto a la conversación - No mereces morir, en realidad pocos de los que mueren merecen hacerlo... Espero verte, si hay otra vida, en mejor situación.

07 marzo, 2006

En una selva de asfalto

Madrid me agobia. No sé si seré raro, o demasiado tranquilo, pero me quedo con mi tranquila capital de provincia (o aldea, como me decían en la uni). En Guada apenas se puede aparcar en el centro y el tráfico a veces no es muy fluido... pero se puede conducir con más o menos tranquilidad. Cada vez que me meto a un coche y cruzo el centro de Madrid (hoy ha sido en un taxi dirección a Ciudad Universitaria, cosas del trabajo) me siento como en una selva de asfalto, rodeado de miles de conductores semi-furiosos y con prisas. Y lo mismo pasa al andar por la calle o en el metro. Casi sin darte cuenta, estás andando más rápido de lo normal. Parece que la gente te incita a ir corriendo a todas partes, aunque tú quieras ir tranquilo.

Además, en mi aldea puedes disfrutar del campo con sólo salir de la ciudad (no más de 15 minutos andando desde mi casa) y para alguién que disfruta del campo como yo, eso es mucho. La única pega es la oferta de ocio: en Madrid hay cines, conciertos, mil bares, de todo lo que quieras y más... Y en Guada hay que tener mucha suerte para conseguir ver un buen concierto...

Esto parece una de esas redacciones del colegio o de clase de inglés con el tema: ¿Prefieres campo o ciudad?... pero bueno, lo único que quería decir es que "Madrid me agobia".